La primera reconstrucción en tres dimensiones del rostro del rey Ricardo III de Inglaterra, basada en el esqueleto hallado en septiembre pasado bajo un estacionamiento de la ciudad británica de Leicester, fue presentado este martes en Londres por la Sociedad Ricardo III, que procura mejorar la imagen de este monarca, muerto en 1485 en el campo de batalla e inmortalizado como un gran villano por William Shakespeare.

“Es un rostro interesante, más joven (…) que el que nos hemos acostumbrado a ver, no tan preocupado y con un leve dejo de sonrisa”, declaró Phil Stone, el presidente de la Sociedad, que financió los trabajos de reconstrucción dirigidos por la profesora de identificación craneofacial Caroline Wilkinson, de la universidad escocesa de Dundee.

“Pienso que a la gente le gustará. Es un hombre que vivió”, agregó.

Según la sociedad, la apariencia de Ricardo III, quien murió en la guerra a los 32 años, era “mucho más agradable y juvenil” que la “imagen de traidor” presentada por Shakespeare.

Después de mostrar la coincidencia del ADN del esqueleto con el de dos descendientes del monarca, investigadores de la universidad de Leicester (centro de Inglaterra) estimaron el lunes que, “más allá de toda duda razonable”, el esqueleto hallado en septiembre bajo un estacionamiento de esta ciudad era el de Ricardo III, el último rey de Inglaterra de la casa Plantagenet.

La genetista Turi King reveló que el ADN del esqueleto coincidía con el de dos descendientes de la hermana de Ricardo, Ana de York: un carpintero nacido en Canadá y otra persona que quiere mantener el anonimato.

Arqueólogos británicos habían anunciado en septiembre haber descubierto un esqueleto atravesado por una flecha debajo de un estacionamiento municipal donde según ellos se habría hallado la capilla donde fue enterrado el monarca fallecido en la batalla de Bosworth cerca de Leicester en 1485.

La muerte de Ricardo III (quien fue monarca entre 1483 y 1485) puso fin a la Guerra de las Dos Rosas, entre la casa de York y los Plantagenet. Aunque su cuerpo nunca se halló, según algunos escritos, reposaba en una capilla franciscana, destruida en el siglo XVI.

El hallazgo provee datos concretos sobre un monarca cuya vida estuvo rodeada de controversia.

Tras su muerte, la corona pasó a Enrique VII y los reyes de la dinastía Tudor que, con ayuda de Shakespeare y otros dramaturgos, describieron a Ricardo III como un villano brutal y jorobado que no se detenía ante nada en su búsqueda del poder, llegando a asesinar a sus dos jóvenes sobrinos para asegurarse el trono.

Los análisis forenses del esqueleto confirmaron que Ricardo III estaba aquejado de una escoliosis severa que le deformó la columna y hacía que su hombro derecho fuera más alto que el izquierdo, como indican algunas descripciones hechas mientras vivía.

http://youtu.be/rTVMz5tzL84