El reciente uso por un barco militar chino de un radar que sirve para “fijar” un blanco, en este caso un buque japonés, es un acto “peligroso que puede conducir a situaciones imprevisibles”, declaró este miércoles el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

“Era peligroso (…) es extremadamente lamentable. Deseamos que (China, ndlr) hagan gala de prudencia con el fin de evitar una escalada inútil”, declaró Abe en el Parlamento.

La utilización de este tipo de radar de control es un procedimiento desacostumbrado y puede significar eventualmente la preparación de un tiro inminente contra un blanco.

El ministro japonés de Defensa, Itsunori Onodera anunció el martes que una fragata china apuntó al menos en una ocasión contra un navío japonés con un radar de control de tiro en el mar de China Meridional.

Onodera afirmó que un helicóptero militar japonés fue igualmente apuntado con un radar similar algunos días antes.

Servirse de “semejante radar es anormal”, dijo el ministro. “Puede generar una situación muy peligrosa al menor error”, añadió.

“Acciones de este tipo aumentan la tensión y el riesgo de incidente, y podrían socavar la paz, la estabilidad y la prosperidad en esta región vital”, declaró el martes la portavoz del Departamento norteamericano de Estado, Victoria Nuland.

Según un especialista japonés en cuestiones de defensa, las autoridades niponas “no tienen la posibilidad de saber si se trataba de un simple ensayo o de una prueba que podía preceder un tiro”.

“Le corresponde a China explicar por qué una acción tan peligrosa fue llevada a cabo”, añade Hisao Iwashima, que trabajó en el Instituto nacional de Defensa.

Este “incidente” se produce en un momento de extrema tensión entre los dos países debido a un litigio territorial en el mar de China Oriental sobre un pequeño archipiélago deshabitado.

El martes, el embajador chino en Tokio fue convocado una vez más por el ministerio de Relaciones Exteriores al día siguiente de una incursión de buques chinos en las aguas territoriales de las islas Senkaku, administradas por Japón pero reivindicadas por Pekín, que las llama islas Diaoyu.