Uno de los principios fundamentales del arte, es que ha ido evolucionando junto al ser humano para permitirle expresar sus emociones o necesidades, en formas que van adecuándose a su entorno.

Qué mejor ejemplo de ello que el arte callejero: múltiples formas de intervención urbana, que incluyen la pintura y el montaje, a veces creando situaciones totalmente nuevas; en otras, cambiando elementos que ya existían dentro de la ciudad.

Precisamente esta intervención es lo que ha llevado a considerar en muchos lugares del mundo al arte callejero como un delito, una forma más refinada de vandalismo, sobre todo por sus temáticas que suelen considerar la subversión popular, el rechazo al sistema económico o la crítica política.

La revista francesa CréaNum reunió 70 fascinantes muestras de arte callejero proveniente de todo el mundo, incluyendo una realizada en Chile. Las hay de artistas de renombre como el británico Banksy o Cyklop, aunque la mayoría pertenecen a autores tan anónimos como las calles en que las plasmaron. Algunas son obras tan pequeñas que sólo se pueden apreciar con una lupa; otras son gigantescas y juegan con nuestros sentidos.

La pregunta es… ¿podría considerarse el arte callejero como un delito?

CréaNum

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