Que la Justicia funciona de distintas maneras, es cierto. Sin embargo, llama la atención cómo puede variar tanto de un país a otro la forma de tratar un caso.

Este martes fue dada a conocer la sanción que sufrió el entrenador de Colo Colo, el argentino Omar Labruna, luego que el pasado 18 de noviembre fuera protagonista de un accidente vehicular en el sector oriente de Santiago.

Colisión que no tuvo mayores inconvenientes, salvo el hecho que el entrenador decidiera mentir en primer momento, indicando que era su esposa quien manejaba el vehículo.

Postura que con el paso de los días se conoció que era falsa, ya que la mujer no se encontraba en el lugar. Inclusive los carabineros involucrados en el caso fueron dados de baja.

Por lo anterior, Labruna fue procesado y hoy se conoció la sentencia: Realizar diez charlas a niños de Lo Barnechea, como también suspender provisionalmente su licencia, generando polémica en redes sociales, ya que muchas personas consideran absurda la sanción.

En resumen, la situación no le significó a Omar Labruna nada más, salvo realizar el proceso y ahora cumplir lo dictado por la Justicia.

Sin embargo, en Inglaterra la situación es diametralmente opuesta. Hace 10 años, el entonces ministro de Energía británico fue sorprendido a exceso de velocidad en su automóvil.

Curiosamente, optó por acusar a su esposa, a modo de no ser sancionado y perder puntos en su licencia de conducir.

Incluso, tras el incidente, declaró a los medios que “Soy inocente de estos cargos y tengo la intención de luchar contra ellos”, de acuerdo a lo que señala RTVE.

No obstante, el fraude vio la luz pública y renunció como ministro. Hoy, 10 años más tarde, también acabó con su carrera política, ya que el exministro, actualmente diputado, anunció que dejará su cargo en el parlamento tras declararse culpable y asumir que mintió a la Justicia.

De esta forma, no podrá aspirar a presidir al Partido Liberal Demócrata y su carrera política y credibilidad se ve duramente afectada.

Asimismo, Chris Huhne quedó en libertad condicional mientras dura el proceso, y arriesga una pena de cárcel de 10 años por “alterar el curso de la Justicia”.

Si bien un caso sucede con un personaje del mundo del fútbol, y otro con uno del mundo político, la situación tiene matices comunes, y su contexto es uno sólo: El funcionamiento de la justicia. Curiosa similitud con distinto final.