Al menos 30 personas murieron y otras 70 resultaron heridas este domingo en un atentado con coche bomba seguido por un asalto de hombres armados contra el cuartel general de la policía en Kirkuk, en el norte de Irak, ciudad que se disputan Bagdad y el Kurdistán iraquí, indicó un general de la policía.

El asalto contra el edificio, rodeado de muros de concreto anti-explosiones, se llevó a cabo en las primeras horas del domingo, primer día de la semana laboral en Irak, a la hora en que los empleados se dirigían a sus trabajos.

El ataque no ha sido reivindicado aún pero los insurgentes sunitas, entre los que hay miembros de Al Qaida en Irak, atacan con frecuencia las fuerzas de seguridad para intentar desestabilizar al gobierno de Nuri al Maliki.

Desde fines de diciembre, el primer ministro, un chiita, es objeto de un amplio movimiento de impugnación por parte de la minoría sunita, que representa aproximadamente el 24% de la población iraquí. Estos militantes se manifiestan en las regiones donde son mayoritarios para denunciar su “marginalización” y empujar a Maliki a dimitir.

Según las informaciones preliminares, un hombre estacionó frente la puerta principal del complejo un automóvil pintado con los colores de los vehículos policiales, e inmediatamente activó los explosivos, provocando un enorme estallido.

Seguidamente, otros tres hombres vestidos con uniformes de la policía trataron de ingresar al complejo y lanzaron varias granadas, pero murieron por disparos de los agentes que defendían el edificio policial.

Poco después, los agentes verificaron que los tres atacantes muertos también llevaban cinturones explosivos que no llegaron a utilizar y que fueron desactivados.

“Vi un vehículo detenerse en el retén de la entrada principal y la policía comenzó a controlarlo”, informó a la AFP Josrat Hasan Karim, un testigo. “De repente hubo una enorme explosión. Fue terrible”, añadió.

“Vi mucha gente muerta, algunas al volante de sus vehículos. Jamás había visto en mi vida una explosión como esa”, agregó.

El edificio policial y varios comercios cercanos quedaron muy afectados por la explosión del coche bomba, y los principales accesos a Kirkuk fueron inmediatamente bloqueados por las fuerzas de seguridad, constató la AFP.

Mohamed Aziz, que trabaja en un edificio de oficinas cerca al cuartel de la policía, dijo haber perdido a dos colegas en el ataque.

Kirkuk, donde cohabitan árabes, kurdos y turcomanos, es parte de una franja del territorio del norte de Irak rica en hidrocarburos que se disputan el gobierno de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán iraquí. Según diversos observadores, esta disputa territorial interna es una de las mayores amenazas a la estabilidad de Irak.

Kirkuk, pero también Mosul, un poco más al noroeste, y Tuz Jurmatu, igualmente en el norte de Irak, son a intervalos regulares blancos de ataques sangrientos perpetrados por los insurgentes.

Este nuevo ataque rompe la calma relativa de los últimos días en el país, sumido en una crisis política que enfrenta al primer ministro chiíta Nuri Al Maliki con un movimiento de la minoría sunita.

Los asaltantes querían tomar el control del lugar aunque no lo consiguieron completamente, indicó a la AFP el general Natah Mohamed Sabr, jefe de los servicios de urgencias de Kirkuk.

Este domingo, igualmente, murieron dos miembros de los Sahwa (El despertar, en árabe), una milicia que lucha contra Al Qaida, uno en Tarmiya, al norte de Bagdad, y el otro en Baquba, igualmente al norte de la capital iraquí.