El prestigio del Servicio de Impuestos Internos empeora a medida que Julio Pereira continúa como director de la entidad. El conflicto de interés y la suma de antecedentes contra Pereira apuntan a que éste debe renunciar al cargo con prontitud.

Su vínculo con Cencosud y con Ripley -los nuevos y los antiguos dueños de la multitienda Johnson- y la incidencia de Pereira en el “perdonazo”, solo genera dudas respecto a la probidad en su gestión.

Mucho más allá de los posibles beneficios que pudieran haber logrado los involucrados, se plantea el deber de los funcionarios públicos de resguardar el Estado en pro del bien común.

Revisa el comentario de Nibaldo Mosciatti.