Los checos eligen este sábado a su presidente entre dos europeístas, el veterano de izquierda Milos Zeman y el actual jefe de la diplomacia Karel Schwarzenberg, un aristócrata de derecha, candidatos a suceder al euroescéptico Vaclav Klaus, cuyo mandato expira el 7 de marzo.

Los colegios electorales cerrarán a las 13:00 horas GMT (10:00 horas en Chile). El nombre del nuevo jefe de Estado, quien jurará su cargo el 8 de marzo, se conocerá esta tarde, según la oficina de estadísticas (CSU).

El resultado de esta segunda vuelta de dos días, que comenzó el viernes, se anuncia incierto, después de que los dos aspirantes finalizaran la primera vuelta, el 11 y el 12 de enero, casi empatados, con un 24,2% de los votos para Zeman y un 23,4% para Schwarzenberg.

Según los cálculos de los medios, la tasa de participación podría acercarse a la de la primera vuelta (61,31%).

Sea quien sea el vencedor, los checos pasarán la página del euroescéptico Klaus, cuyo segundo mandato de cinco años expira el 7 de marzo.

“Karel Schwarzenberg es un abogado convencido de la integración europea mientras que Milos Zeman es un pragmático capaz de cambiar de posición con flexibilidad”, afirma el politólogo Josef Mlejnek de la Universidad Carlos en Praga.

Aparte de su actitud ante la Unión Europea (UE), que la República Checa integró en 2004, es difícil encontrar puntos comunes entre los dos candidatos.

Schwarzenberg, de 75 años, que fue colaborador del ex mandatario Vaclav Havel y ministro de Relaciones Exteriores de 2007 a 2009 y en 2010, cuenta con un fuerte apoyo en Praga y otras grandes ciudades. Humanista y conservador, el “príncipe” carismático es también favorito de los medios artísticos y de los jóvenes urbanos.

Zeman, un economista de 68 años acusado a menudo de populismo, fue jefe de la cámara baja en 1996-1998 y primer ministro socialdemócrata en 1998-2002. Sus feudos electorales están fuera de la capital, en zonas golpeadas por la reestructuración económica.

Las presidenciales se celebran en un contexto de morosidad general en el país, provocada por la recesión económica y una tasa de desempleo del 9,4%.

El nuevo jefe de Estado se convertirá en el tercero desde la separación de la República Checa de Eslovaquia en 1993. Los dos países formaban Checoslovaquia, un país del bloque soviético hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. Sus predecesores fueron Vaclav Havel, fallecido en 2011, y Vaclav Klaus.

Havel y Klaus fueron elegidos por el parlamento con un procedimiento criticado por su complejidad, por lo que la asamblea decidió en febrero de 2012 que el jefe del Estado sea elegido por sufragio universal directo, excluyendo cualquier sombra de corrupción.