Steve Jobs, cofundador de Apple, amenazó con demandar a Palm en 2007 para evitar que esta empresa de la competencia le robara sus talentos, según documentos judiciales divulgados este miércoles.

Entre las evidencias utilizadas para el juicio que acusa a los gigantes de Sillicon Valley de acordar en secreto no “robarse” empleados entre sí, figuran copias de un intercambio de correos electrónicos entre Jobs y el entonces presidente de Palm, Edward Colligan.

En dicho intercambio, Colligan hace referencia a una llamada telefónica en la que Jobs le propuso que ambas compañías acordaran no contratar los empleados de la otra, y sugirió que si Palm no aceptaba el pacto, Apple lo enredaría en costosas demandas por patentes.

“Tu propuesta de acordar que ninguna de las dos compañías contrate los empleados de la otra (…), no sólo está mal, sino que probablemente sea ilegal”, dijo Colligan en una copia de un correo electrónico enviado a Jobs el 24 de agosto de 2007.

El mensaje de Colligan continúa argumentando que un juicio por patentes no era la respuesta adecuada, porque ambas compañías acabarían “pagando muchos abogados y mucho dinero”.

Jobs, en respuesta, además de señalar que la asimetría de recursos entre ambas empresas perjudicaría a Palm en un eventual litigio, señaló: “Mi consejo es que eches una mirada a nuestra carpeta de patentes antes de tomar una decisión final”.

En una declaración bajo juramento que acompañó las copias de mails presentadas como pruebas, Colligan dijo que Palm nunca aceptó el acuerdo.

Empresa pionera en el sector de los teléfonos inteligentes, Palm no consiguió capitalizar su posición en el mercado y fue adquirida por Hewlett-Packard en 2010.

La jueza a cargo de este caso, Lucy Koh, decidió la semana pasada llamar a testificar a Tim Cook, el sucesor de Steve Jobs a la cabeza de Apple, así como al director general de Intel, Paul Otellini, y al presidente del consejo de administración de Google, Eric Schmidt.

Google, Apple, Intel, así como el grupo de animación Pixar y los grupos de software Andobe e Intuit, habían llegado a un acuerdo cordial en este caso con las autoridades federales en 2010.

Sin embargo, la justicia estadounidense se encarga ahora de una demanda de los empleados que pretenden que se considere el daño a sus carreras y piden reparaciones.