La constante presión a la cual son sometidas las mujeres para ser delgadas y ‘perfectas’ ha llevado al desarrollo de trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia; sin embargo, durante el último tiempo han surgido otra serie de prácticas para controlar el peso que son muy perjudiciales para la salud.

La diabulimia, que conjuga la palabra diabetes y bulimia, consiste en la restricción voluntaria de insulina para bajar de peso, debido a que esta hormona estimula el apetito y la acumulación de grasa corporal. Por lo general afecta a mujeres jóvenes que padecen diabetes del tipo 1, la que se caracteriza por la deficiencia de insulina en la sangre.

Según la BBC, el servicio de Información Diábetica del Reino Unido advierte que “aunque tomar menos insulina reduce el nivel de comida que es utilizado por el cuerpo, los efectos secundarios pueden ser fatales.”

“La insulina que los diabéticos deben inyectarse (…) introduce el azúcar de los alimentos dentro de las células. En ausencia de insulina, el azúcar queda dando vueltas en la sangre del paciente, lo que genera las complicaciones características de la diabetes”, explicó el doctor León Litwak, presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes a La Nación.ar.

La carencia de insulina o cetoacidosis diabética puede provocar trastornos en la menstruación, pérdida de visión, daño renal e incluso la muerte. Por ello, la Fundación Diabéticos con Trastornos de la Alimentación (DWED) ha estado trabajando para que la diabulimia sea reconocida oficialmente como una enfermedad mental.

Dentro de los síntomas que advierten sobre este trastorno se encuentran: una excesiva preocupación por la delgadez e imagen corporal, incomodidad al momento de inyectarse insulina o incluso a la hora de comer.