La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, pidió este viernes al Consejo de Seguridad que refiera a la Corte Penal Internacional (CPI) la investigación de los crímenes de guerra cometidos en Siria.

“Pedí al Consejo que recurra a la CPI con el objetivo de que ésta investigue los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, indicó a la prensa Pillay tras informar al Consejo sobre la situación humanitaria en Siria.

Pillay reiteró “su firme convicción de que se han cometido y se cometen crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Siria” y que éstos deben ser castigados. Reconoció, sin embargo, que el Consejo “no ha dado ninguna indicación” de tener intención de tomar una decisión rápidamente.

El presidente del Consejo, el embajador paquistaní Masood Khan, confirmó que el tema había sido discutido, pero los 15 países miembro no habían llegado a “ninguna conclusión”.

Pillay dijo que, hasta el momento, la crisis en Siria, iniciada en marzo de 2011, ha dejado 60.000 muertos y enfatizó la intensificación de las pérdidas humanas: “Antes había 1.000 muertos al mes, ahora hay 5.000″.

Esta iniciativa de Pillay se produce pocos días después de que un grupo de 57 países liderados por Suiza instó el lunes en una carta al Consejo remitir a la CPI el tema de los crímenes de guerra en Siria.

Los firmantes incluyen a muchos países europeos (entre ellos Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, España), así como Australia, Japón, Libia y Túnez.

Como Siria no adhirió a la creación de la CPI, se requiere una intervención del Consejo para que la CPI se ocupe del tema, lo que parece muy poco probable por ahora, dada la protección que Moscú y Pekín continúan dando en el Consejo a su aliado sirio.

Rusia y China han vetado tres veces el proyecto de resolución occidental para presionar al presidente Bashar al Asad.

Rusia consideró el martes “contraproducente” la iniciativa en 57 países.