Las familias pehuenche que hace ocho años reclaman por la inundación del cementerio por la represa Ralco, en Alto Bío Bío, aceptaron la propuesta gubernamental de levantar un hito memorial en el lugar donde quedaron los restos de sus parientes.

Cuando en 2004 se comenzó a llenar la represa, propiedad de Endesa Chile, el denominado Panteón Quepuca quedó bajo más de 60 metros de agua. Ahí estaban los restos de más de medio centenar de pehuenches de la zona.

En ese tiempo, los parientes de los fallecidos comenzaron un largo peregrinaje con autoridades de Gobierno para conseguir la exhumación de las osamentas. Recién hace algunos meses tuvieron como respuesta del Ejecutivo que no era posible esa operación por su elevado costo y por el alto riesgo.

Al cabo, María Curriao, que lidera a las familias reclamantes, se mostró resignada a la imposibilidad de rescatar los restos, adelantando que en un lugar cercano se construirá un hito memorial para recordar a los que ahí quedaron enterrados.

Según la dirigenta pehuenche, este 22 de enero habrá una reunión en Ralco, ocasión en que se suscribiría en convenio que pondrá término al extenso conflicto por la polémica mega-central hidroeléctrica.

Sin embargo, la dirigenta de Alto Bío Bío hizo ver que aún queda por resolver lo que ocurrirá con los objetos desenterrados antes de la inundación y que fueron llevadas a peritajes especializados, los cuales debían volver a manos de los parientes.