La fuerza aérea de Francia, “en guerra contra el terrorismo” en Malí, bombardeó el domingo por primera vez importantes posiciones islamistas en el norte del país, en Gao y en Kidal, en el corazón de los territorios donde actúan los grupos yihadistas.

“Frenar a los terroristas, ya lo logramos. Lo que comenzamos a hacer hoy es ocuparnos de sus bases de apoyo” en el norte, dijo el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, en una entrevista con medios franceses, en referencia a los ataques realizados por aviones caza en la región de Gao.

Consultado sobre la duración de la intervención francesa en la primera línea de las acciones, Fabius estimó que se trataría de “una cuestión de semanas”.

En tanto, Francia pidió una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el lunes, con el objetivo de discutir la situación en Malí, según informó la misión francesa ante la ONU.

Cuatro aviones franceses de combate Rafale han destruido campos de entrenamiento y depósitos de logística próximos de Gao (a unos 1.200 kilómetros de Bamako), de acuerdo con el ministerio francés de Defensa.

“Francia está en guerra contra el terrorismo, donde sea que se encuentre, por preservar su seguridad y la de Malí, un país amigo”, había declarado en la mañana el ministro francés de Defensa, Jean-Yves le Drian, a una radio local.

Hubo “una decena de ataques, en Gao y cerca de Gao”, de acuerdo con un testigo local. “Todas las bases de los islamistas fueron destruidas”, dijo.

Otro testigo, que vive en Gao, dijo que “los franceses hicieron un buen trabajo. Prácticamente todos los islamistas han huido de Gao. Los que aún no se han ido están escondidos en casa y esperan la llegada de la noche para escapar”.

Los aviones franceses también realizaron ataques en Aghabo, a unos 50 kilómetros de Kidal, en el extremo noreste del país, de acuerdo con una fuente regional de seguridad. Aghabo es una base importante del grupo islamista Ansar Dine (“Defensores del Islam”).

Un campo de entrenamientos de combatientes yihadistas fue destruido en Léré, próximo de Mauritania, así como otros objetivos en Douentza (a unos 800 kilómetros al norte de Bamako).

“Hay operaciones constantemente. Los hay en este momento, los habrá en la noche y los habrá mañana”, dijo el ministro Le Drian.

Gao, Kidal y la ciudad histórica de Tombuctú son las tres principales ciudades del desértico norte de Malí.

Ocupadas por grupos islamistas desde hace nueve meses, esas ciudades se convirtieron en puntos neurálgicos para los grupos armados que operan en esas zonas: Ansar Dine, Al Qaida en el Magreb Islámico (Aqmi), y el Movimiento por la Unidad y la Yihad en el Oeste Africano (Mujao).

Régimen totalitario

En Tombuctú, donde los yihadistas realizaron lapidaciones y amputaciones, un maestro de escuela relató el inicio de “escenas de pánico” entre las familias de los islamistas que partieron al combate.

Presentados como “mercenarios a bordo de un Toyota y con apenas algunas armas”, los islamistas son en realidad “bien entrenados” y poseen “un material moderno, sofisticado, mucho más robusto y eficaz que el que habíamos podido imaginarnos”, había informado el domingo una fuente del entorno presidencial francés.

Francia evaluaba que su intervención había permitido “detener” a los islamistas -que acababan de copar la ciudad de Konna y amenazaban avanzar hacia el sur del país-, la fuerza aérea daba una muestra de su compromiso al atacar en el norte de Malí el corazón de los territorios yihadistas.

La intervención francesa debería permitir a las fuerzas de Malí de “retomar su marcha hacia la integridad de su territorio”, dijo Le Drian.

La perspectiva de un avance de las tropas malienses hacia el norte, región tradicionalmente controlada por los Tuareg, ya fue denunciada por el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA, la rebelión tuareg).

Partidario de la autodeterminación, el MNLA había lanzado en enero de 2012 una ofensiva en el Norte antes de ser barrido por Ansar Dine, Aqmi y el Mujao.

Las discusiones entre el MNLA y Ansar Dine, que deberían realizarse a partir del 21 de enero en Uagadugú, Burkina Faso, “ya no tienen actualidad”, indicó por su parte una fuente próxima de la presidencia burkinesa.

En Bamako, el influyente capitán Amadou Sanogo, jefe de los golpistas de marzo de 2012 y hasta ahora reticente a admitir una intervención extranjera, dijo el sábado que Francia tenía un “rol central” al costado del ejército maliense.

Actor clave y habitualmente hostil a una intervención militar extranjera, Argelia “autorizó sin limitaciones el sobrevuelo de su territorio” por los aviones franceses en ruta hacia Malí, dijo Fabius, quien también recibió el apoyo explícito del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.

“Estamos trabajando con los argelinos, y continuaremos conversando. Lo que discutimos es que las tropas africanas deben moverse hacia el norte, y será entonces necesario que Argelia cierre sus fronteras”, dijo Fabius.

Por su parte, el primer ministro de Malí, Diango Cissoko, llegó el domingo a Argelia para una visita de dos días.

Fabius destacó también el “apoyo práctico” de diversas naciones europeas, como el Reino Unido y Dinamarca, en especial en materia de transporte y logística, y de Estados Unidos, en el segmento de comunicaciones.

Ahora se aceleran los preparativos para el desplazamiento de una fuerza formada por países del oeste africano, y que tendrá la responsabilidad, con el aval de la ONU, de expulsar a los grupos aliados a Al Qaida.

Níger, Burkina Faso, Togo y Senegal ya anunciaron el envío de 500 hombres cada uno. Benín, por su parte, enviará 300 soldados.