Es evidente que los objetivos de los corredores cuando se inician en el running no son muy exigentes y más bien obedecen a estímulos que se enfocan en mantener un peso ideal, bajar unos kilos, cambiar los hábitos y optar por una vida más sana.

En lo que se refiere al running deseamos aguantar más tiempo corriendo, parar las menos veces posible y jamás tener que cruzar la meta caminando o desplomarse en pleno circuito. Pero es inevitable que, a medida que vamos progresando, buscamos un mayor rendimiento porque nos sentimos capaces de más. No obstante, hay corredores que evitan subir la intensidad manejando un gran número de excusas.

Aprende a liberarte de tus preocupaciones y disfruta la siguiente fase de tu vida como corredor.

A continuación algunos típicos “temores” que los corredores padecen al momento de enfrentar el circuito y decidirse a disfrutar una jornada.

“Obvio que quiero correr, pero no quiero llegar último”

Ten en consideración que la mayor parte de las corridas son más bien populares y quienes las protagonizan se componen de corredores amateur, así que, jamás llegarás de los últimos. Pregunta a tus amigos corredores o a los dependientes de tu tienda especialista más cercana sobre qué carrera es mejor para un principiante .

“Pareciera que todos van más rápido que yo”

Siempre habrá corredores más rápidos que tú. Siempre que termines dentro del tiempo permitido, corre y camina cuanto necesites. Lo principal es que estas participando, disfruta la carrera, el momento.

Te quedas estancada (o) a ritmos cómodos. ¿Cómo ir más rápido?

Una vez a la semana calienta y haz intervalos. Sube el ritmo durante un minuto (sin correr rápido) y recupera durante un par de minutos. Al principio no hagas más de cuatro, luego añade un par a la semana hasta que puedas hacer ocho o diez.

“Tengo miedo a las lesiones si aplico rapidez”

Si aumentas la distancia y velocidad de un modo progresivo, paras a caminar un rato y descansas, hay menos posibilidades de sufrir una lesión.

Antes creía que no tenía que parar y caminar tan a menudo

Correr sin parar no tiene por qué ser un objetivo. La mayor parte de los corredores saben que parar a caminar a lo largo del entrenamiento supone, a la larga, correr más rápido y disfrutar mejor el entrenamiento. Si tu objetivo es correr más rápido y sentirte bien, es mejor que tu táctica se componga de correr y caminar.

Por Rodrigo Chacón