El exciclista Lance Armstrong, despojado de sus títulos del Tour de Francia, acude al programa de la estrella estadounidense televisiva Oprah Winfrey en una apuesta por “el efecto Oprah” para que éste lo ayude a enmendar su carrera e imagen pública.

Armstrong puede esperar no sólo preguntas difíciles, sino también una generosa dosis de empatía cuando el ícono de la televisión lo entreviste en su casa de Texas para un programa que será difundido en el propio canal de cable -Oprah Winfrey Network- y el sitio web de la estrella televisiva el próximo jueves.

“Oprah no va a volar hasta Austin (Texas) y emitir en ‘horario central’ especial para escuchar otra negación (de consumo) de Lance Armstrong¨, dijo este miércoles a la AFP el veterano publicista de Hollywood Howard Bragman, vice presidente de Reputation.com.

“Esto es parte de un esfuerzo de relaciones públicas muy sofisticado para obtener una confesión y cambiar corazones y mentes,” dijo Bragman, que ha conocido a Winfrey durante 30 años y llevado al programa de famosos a algunos de sus clientes.

“Lance tiene ciertamente una relación anterior con Oprah” dijo, refiriéndose a una entrevista de 2004 en el que habló de su lucha contra el cáncer pero evitó las acusaciones de dopaje que estaban empezando a surgir.

Empatía extraordinaria

“Pero ella es extraordinariamente empática -y creo que es aquí donde él sintió que iba a obtener su mejor audiencia, y lo que lo hace, entre comillas, un evento especial.”

Por su parte, la biógrafa de celebridades Kitty Kelley, autora del éxito de ventas de The New York Times: “Oprah: una biografía”, especuló que Armstrong utilizará la entrevista para volver a poner el foco de la atención pública en su fundación para la lucha contra el cáncer, Live Strong.

“Va a ser difícil para él (admitir el dopaje), pero la disculpa es mejor que sea abyecta con Oprah, porque ella tiene dentro una maravillosa institutriz que le golpeará en la muñeca si él no está lo suficientemente arrepentido” , señaló Kelley a la AFP.

“Pero ella tendrá que darle buena nota por lo que ha hecho por los niños (con cáncer) y ésta será probablemente su vía de escape”, agregó.

“The Oprah Winfrey Show” convirtió en virtud la intimidad, la emoción y el poder de persuasión y más 4.561 ediciones reformaron la conversación nacional en cuestiones tales como la alfabetización, la obesidad y la homosexualidad.

Algunos afirman que el apoyo de Winfrey para Barack Obama sirvió para romper el equilibrio a favor del presidente en 2008 y que se hiciera con votos suficientes entre sus 44 millones estimados de televidentes para situarlo en la Casa Blanca.

El sofá de las confesiones

“La belleza de Oprah es que ella es capaz de ser un icono y, es al mismo tiempo, muy, muy accesible y muy real,” dijo James Lou, Ejecutivo de publicidad de Chicago en el documental de televisión CNBC “The Oprah Effect” (El efecto Oprah).

Para los famosos con algo sincero que decir, el sofá de Winfrey en el estudio ha sido el lugar para desnudar sus sentimientos ante un público bullicioso en directo.

Tom Cruise saltó en él en 2005 cuando confesó su amor por la también actriz Katie Holmes, con quien se casó al año siguiente. La pareja se divorció en 2012.

En 2008, la excampeona olímpica Marion Jones, que estuvo en libertad condicional tras pasar un tiempo en prisión después de mentir a los fiscales sobre su uso de esteroides, derramó lágrimas cuando contó su historia a Winfrey.

Al año siguiente, el excampeón mundial de pesos pesados de boxeo Mike Tyson se vino abajo cuando le contó a Winfrey la muerte accidental de su hija de cuatro años al tiempo que se disculpó por morder la oreja del rival en el boxeo Evander Holyfield en su notoria pelea en 1997.

Winfrey bajó el telón de “The Oprah Winfrey Show” en mayo de 2011 en un anuncio realizado con bombo y platillo en el que afirmaba que se centraría en el canal de Oprah Winfrey Network, en el que aparece con menos frecuencia en un programa de entrevistas llamado “Oprah’s Next Chapter” (El próximo capítulo de Oprah).