Por Juan Alvarado D.

Debido a la gran cantidad de gente que asistió al lanzamiento de ‘Los hijos de los días’, la cita se vio interrumpida en más de una oportunidad, teniendo que evacuar al escritor por dependencias de la Casa Central del Banco Estado, al término del encuentro.

Alrededor de mil personas llegaron hoy al mediodía al Teatro Antonio Varas, para el lanzamiento de la más reciente publicación del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, de 72 años, titulada ‘Los Hijos de los Días’. La jornada convocada por la FECH (Federación de Estudiantes de Chile) en Internet y algunos medios, se propagó al nivel de superar ampliamente la cantidad de público esperado por la organización, y de capacidad máxima del teatro.

A poco de comenzado el lanzamiento, donde el escritor fue el único orador, sentando frente a una mesa al centro de la sala, comenzaron algunos incidentes en las afueras del teatro, por parte de unas trescientas personas que quedaron sin poder ingresar a la presentación.

Al mismo tiempo en el interior, un grupo de jóvenes interrumpió a Eduardo Galeano, mientras daba lectura a algunas piezas de su nuevo libro que aborda temáticas como el racismo, el poder y los pueblos originarios, entre otros. Los indignados asistentes le comunicaron a gritos al escritor, la mala organización y la imposibilidad de que la gente que había quedado afuera pudiera ingresar. El, por su parte, no disimuló su molestia por lo que estaba ocurriendo: “Entonces suspendemos lo que estamos haciendo”, murmuró. “Yo no tengo la culpa de lo que ha sucedido”, comentó ante la incertidumbre de los presentes y de algunos encargados de la organización.

Luego, el creador de ‘Las venas abiertas de América Latina’, prosiguió con el lanzamiento, haciendo comentarios entre cada lectura que ejecutaba, y entregando como bonus track algunos extractos de ‘Los hijos del día’. Esto, debido a la gran algarabía y furibundos aplausos que venían de las repletas butacas del Teatro Antonio Varas.

Finalmente, la organización tuvo que evacuar al escritor por una parte lateral del recinto, que conectaba con la Casa Central del Banco Estado (en plena Alameda). Todo, mientras un gran número de desilusionados seguidores de la obra de Galeano, aguardaba en el frontis del lugar por una fotografía o firma de alguno de sus libros.

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