Un periodista alemán que investiga la muerte accidental de cinco niños en el suroeste de China fue víctima de un sabotaje este lunes en la habitación de su hotel y perdió las fotos y los ficheros de su ordenador, indicó el reportero a la AFP.

Bernhard Zand, corresponsal del semanario alemán Der Spiegel, investiga la muerte accidental en noviembre de cinco niños vagabundos en la provincia de Guizhou, un suceso que da mala imagen a los servicios sociales de la segunda economía mundial.

El periodista chino que desveló el caso fue arrestado, enviado a la otra punta del país y estuvo detenido durante varias semanas. Zand consiguió localizarle para entrevistarle y también habló con los allegados de los niños fallecidos.

El periodista explicó como durante su investigación en la ciudad de Bijie le seguían continuamente hombres a pie o en coche. “Muchos no se identificaron, nunca nos dijeron quiénes eran”, explicó a la AFP.

El 29 de diciembre Zand y su asistente se instalaron en el hotel Kempinski de Guiyang, la capital provincial, donde sus habitaciones fueron robadas mientras estaban cenando.

“Borraron completamente las fotos de la tarjeta de memoria de mi máquina de fotos”, explicó el reportero, que también se encontró con su tableta y su teléfono portátil estropeados después de haber sido sumergidos en agua.

Tras conocerse los hechos, el Club de Corresponsales Extranjeros en China (FCCC), una organización considerada ilegal por el régimen, recomendó este lunes a las prensa extranjera que tome “precauciones especiales” en Guizhou.