La cuarta temporada de transmisiones en directo vía satélite desde el Metropolitan Opera House de Nueva York al Teatro Nescafé de las Artes, trajo para los aficionados nacionales, una notable versión de la ópera en cinco actos “Los Troyanos”, obra maestra del compositor francés Héctor Berlioz.

“Los troyanos”, llegó a Chile con la versión que ha causado gran impacto en los Estados Unidos, con prestigiosas figuras de la lírica mundial, como Deborah Voigt, la soprano dramática estadounidense de origen alemán; Susan Graham, la mezzosoprano norteamericana y el tenor también norteamericano, Brian Hymel, en los roles estelares. Además se cuenta con la participación de otros cantantes de excelente nivel, como Karen Cargill, Eric Cutler, Dwayne Croft, Kwangchul Youn y la dirección orquestal de Fabio Luisi.

Sobresale además la dirección teatral de Francesca Zambello.

Basada en el poema de la “Eneida” –libros 1, 2 y 4- de Virgilio, esta grand opera de cinco actos gira en torno al sometimiento de la ciudad de Troya (actual Turquía) ante los griegos, quienes han dejado un gran caballo de madera con un ejército en su interior con el propósito de saquear la mítica ciudad.

Sin embargo la rebelión no se hará esperar con una lucha armada dirigida por Eneas (Bryan Hymel), quien finalmente termina huyendo de Troya para fundar Roma.

En la presente versión de “Los Troyanos” se aprovechan plenamente todas las posibilidades de un montaje multidisciplinario en que se cuenta con una cuidadosa puesta en escena con todos los detalles de la época en que supuestamente se sucedieron los acontecimientos; cantantes solistas de excepción; el espectacular coro del Metropolitan y la sucesión de trozo de ballets en que la música acompañante de Berlioz pasa al primer plano. Hay que considerar además que Berlioz pasa de una primera parte en que la obra tiene rasgos y perfil de cantata, para ir poco a poco trasformándose en una ópera en que las dos solistas en esforzados roles, de pleno dominio técnico pasan a ser remplazadas por un varón de tono de tenor más lírico que dramático, aunque este tiene intervenciones a través de toda la ópera.