La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un acuerdo la noche del martes evitando a último momento el llamado “precipicio fiscal”, que hubiera implicado subidas de impuestos para la mayoría de los estadounidenses y recortes automáticos del gasto.

El proyecto de ley, aprobado por la Cámara dominada por la oposición republicana en una votación de 257 a 167 que concluyó poco después de las 23H00 (04H00 GMT del miércoles), marca una victoria para el presidente Barack Obama, quien debe ahora firmarlo para que entre en vigor.

El texto implica un aumento de impuestos para los más ricos, con una tasa impositiva que pasará de 35% a 39,6% para los hogares con ingresos superiores a 450.000 dólares al año.

Pero el proyecto deja en suspenso muchas cuestiones al aplazar dos meses los recortes automáticos en el gasto público, sobre todo militar, con lo que se vislumbra una nueva batalla a corto plazo entre la Casa Blanca y el Congreso.

Al respecto, Obama dijo que cumplió su promesa de campaña de hacer un sistema tributario más justo en Estados Unidos y advirtió que no negociará con sus adversarios republicanos en el Congreso, ni ofrecerá recortes de gastos, a cambio de elevar en los próximos meses el límite de endeudamiento del gobierno, conocido como techo de la deuda.

“Aunque voy a negociar sobre muchas cosas, no voy a tener otro debate con este Congreso sobre si ellos deben o no pagar las cuentas que ya han acumulado a través de las leyes que ellos aprobaron”, dijo el presidente.

“Déjenme repetirlo. No podemos no pagar las cuentas en las que ya hemos incurrido. Si el Congreso se niega a dar al gobierno de Estados Unidos la posibilidad de pagar estas cuentas a tiempo, las consecuencias para toda la economía mundial serían catastróficas, mucho peores que el impacto de un abismo fiscal”.

Poco después de hablar con la prensa en el Ala Oeste de la Casa Blanca, Obama tenía previsto partir para Hawai, donde retomará las vacaciones con su familia.