El nuevo primer ministro de Japón, Shinzo Abe, expresó sus pretensión de autorizar la construcción de nuevos reactores nucleares, informaron el lunes medios japoneses de prensa, a pesar de la oposición generalizada a la energía atómica a raíz del desastre con la central de Fukushima.

De acuerdo con Nikkei Bussiness Daily, Kyodo News y el periódico Mainichi Shimbun, Abe dijo a un equipo de la televisión TBS que los nuevos reactores serían diferentes de los instalados en Fukushima, que fueron parcialmente destruidos por un terremoto seguido por un maremoto en 2011.

Se trata de la primera vez que Abe se expresa claramente sobre sus deseos de construir nuevos reactores atómicos desde que asumió el cargo de primer ministro, el pasado miércoles.

“Los nuevos reactores serán totalmente diferentes que los que fueron construidos hace 40 años, como los de la planta de Fukushima Daiichi, que causaron esta crisis”, habría dicho Abe a la red TBS, conforme reportó el Mainichi Shimbun.

Según Nikkei, el jefe del gobierno japonés añadió que los nuevos reactores “serán construidos mientras obtenemos comprensión del público sobre cuán diferentes son de los [reactores] antiguos”.

Las declaraciones de Abe se conocieron apenas un día después de su visita a la planta de Fukushima, operada por la empresa Tokyo Electric Power (TEPCO) y que se derritió después que su sistema de enfriamiento dejó de funcionar a causa del maremoto.

Durante esa visita, Abe describió la limpieza de Fukushima como un “desafío sin precedentes en la historia humana”.

Además, añadió que los reactores de Fukushima fueron los últimos dañados por el maremoto que siguió al terremoto de intensidad 9.0, pero que otras plantas nucleares en el país quedaron prácticamente intactas.

Los 50 reactores nucleares japoneses fueron desactivados para una revisión general luego del desastre de Fukushima, y apenas dos han sido puestos en marcha nuevamente.

Abe ya había dejado claro que pretendía rever una decisión adoptada por el anterior gobierno, de cesar todas las plantas nucleares en un período de tres décadas, y que en cambio autorizaría la reactivación de todos los reactores considerados seguros por la autoridad de regulación.