Dos reos se fugaron el sábado por la puerta principal del penal de Ocoro, en el estado mexicano de Sinaloa , informó este domingo una fuente oficia. 10 funcionarios de seguridad fueron detenidos y acusados de haber facilitado la huida de los reclusos.

“Después de realizar las primeras investigaciones nos dimos cuenta que no hay indicios de violencia o de que hayan forzado la puerta o brincado las bardas perimetrales, y fueron los agentes ministeriales los que encontraron elementos para sospechar de la complicidad del personal de seguridad, empezando con un comandante”, dijo Javier Zazueta, director del centro penitenciario.

Los prófugos, Germán Hernández Aispuro, de 25 años, quien desde febrero de 2011 purgaba una condena de 10 años por robo de vehículo, e Ignacio Espinoza, de 29, detenido en septiembre de este año por robo y portación de arma de fuego, se escaparon con la ayuda de nueve custodios y un comandante, quien habría recibido 884 dólares (alrededor de 42 mil pesos chilenos) por su complicidad en la fuga, precisó.

En 2001, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, capo del cártel de Sinaloa y considerado por la revista estadounidense Forbes como el delincuente más rico del planeta, se escapó en un carrito de lavandería de una cárcel de máxima seguridad de Jalisco. Desde entonces, es el narcotraficante más buscado en México y Estados Unidos.

Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), el 60% de las cárceles del país son controladas por grupos del crimen organizado.

Una cárcel de Durango (norte), que tras un intento de fuga registró el 19 de diciembre un enfrentamiento entre custodios y reos que dejó 24 muertos, es famosa por la detención de su exdirectora en 2010, luego de que se descubrió que autorizaba a presos, vinculados al cártel Los Zetas, a salir por las noches para cometer crímenes y regresar luego a sus celdas.

En los últimos dos años, poco más de 520 presos huyeron en 14 fugas y se registraron cientos de homicidios dentro de las cárceles mexicanas, que carecen de procedimientos para la atención de incidentes violentos, tales como riñas, lesiones, suicidios y motines, según la CNDH.