Las imágenes de saqueos registrados en Argentina evocan las protestas que hicieron caer al gobierno en diciembre de 2001 en medio de la peor crisis del país, pero el malestar es ahora más bien político en un contexto económico y social radicalmente diferente, según analistas.

“Es un clima más político que económico, hay algunos indicios económicos, como la situación laboral que no ha mejorado en 2012, la inflación que molesta y aumento de tarifas, pero la situación no es tan grave. El humor social es más político. Hay diferencias importantes con el 2001″, dijo a la agencia AFP el economista Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres y asociados.

Los saqueos desencadenados el jueves coincidieron con el 11 aniversario de las revueltas populares del 19 y 20 de diciembre de 2001, que culminaron con la caída del entonces presidente conservador Fernando de la Rúa (1999-2001) y la declaración del ‘default’ por 100.000 millones de dólares.

Pero las manifestaciones de 2001, cuya represión dejaron 30 muertos en todo el país, cinco de ellos en el centro porteño, se enmarcaban en un fuerte ajuste económico, con reducción de salarios de estatales y jubilados, el ‘corralito’ que congeló los depósitos bancarios, además de una pobreza y desocupación crecientes.

La socióloga Graciela Romer llamó a “no caer en interpretaciones simplistas”, al sostener que “bajo ningún punto de vista puede hacerse un paralelismo con lo sucedido en 2001, la situación es bien diferente”, en declaraciones a la AFP.

La analista recordó que en 2001, “el eje alrededor del cual se articulaban los saqueos era la extrema pobreza y la crisis económica que atravesaba el país”; en cambio actualmente “hay múltiples interpretaciones y factores que concurren”.

Según Romer, a la presidenta Cristina Kirchner “se le puede cuestionar muchas cosas, como el estilo de gestión y la débil calidad institucional, pero no se puede negar el impacto positivo en cuestiones sociales y económicas”.

Insistió en que Argentina “no está en 2001, cuando se estaba atravesando la peor crisis de la historia económica del país y había 50% de pobreza, ahora estamos en la mitad”.

Los saqueos a supermercados que se desencadenaron la tarde del jueves en Bariloche, 1.700 km al sudoeste de Buenos Aires, se extendieron durante toda la noche en otras ciudades como Rosario, la tercera del país, Campana y Zárate y el más reciente en un local de la cadena francesa Carrefour en San Fernando.

“Al finalizar 2012 la Argentina vive una crisis más política que económica”, aseguró el analista Rosendo Fraga a la agencia AFP.

Fraga estimó que en los últimos incidentes “además de una situación económica más dura que la del año pasado -aunque no crítica-, inciden grupos radicalizados, bandas delincuenciales y articulaciones espontáneas, en un país cuya eficacia en materia de seguridad es baja”.

Las autoridades provinciales y federales de Argentina coincidieron en denunciar que los saqueos fueron organizados “con clara intencionalidad política”.

“Hay un sector que quiere el caos y teñir de sangre a la Argentina en estas fiestas”, denunció el viceministro federal de Seguridad, Sergio Berni.

El gobierno de Kirchner acusó a sindicatos enfrentados al gobierno, que habían realizado el miércoles una masiva manifestación en Plaza de Mayo, de haber incitado a los saqueos.

Hugo Moyano, exaliado de la presidenta y líder de un ala de la dividida Confederación General del trabajo, sostuvo a una radio que “hay muchísima necesidad, que se ve reflejado en esto. No puedo imaginarme que esto haya sido armado por alguien”.

El consultor Rosendo Fraga consideró que la acusación contra ese sindicalismo no tiene fundamento” y afirmó que “cuando Moyano dice que hay gente que está sufriendo privaciones está en lo cierto”.

“Una cosa es en Argentina un 24% de inflación anual con la economía creciendo al 8%, como en 2011, y otra es la misma inflación con la economía creciendo al 1%” en la actualidad, añadió Fraga.