Es inminente la llegada de una nueva era para la comunidad religiosa maya. Los nativos preparan los territorios para recibir el siguiente período este 21 de diciembre, mientras que en otras partes del mundo se suceden las infundadas especulaciones sobre una posible destrucción total.

Según la tradición, sacerdotes de organizaciones indígenas mayas de Guatemala purificaron 20 sitios que consideran sagrados, lo que se dio por iniciada la ceremonia. La contraparte en tanto, son las actividades oficiales, las que los aborígenes califican de “show” para atraer turistas.

“Según lo que hemos visto (en los eventos del gobierno), se está haciendo como un show para el turismo. Para nosotros no es un show y no es turismo, es algo espiritual y personal”, dijo a la agencia AFP Sebastiana Mejía, integrante de la Conferencia de Ministros Mayas, Oxlajuj Ajpop.

Tras las purificaciones realizadas el miércoles, este jueves los sacerdotes mayas celebraban ceremonias de “conexión y sincronización espiritual”.

Entre los lugares purificados están cinco sitios arqueológicos, uno de ellos Tikal, una de las ciudades más representativas de la cultura maya, donde el presidente Otto Pérez encabezará la principal actividad.

EL FIN DE UNA ERA

El 21 de diciembre concluye el último de trece ciclos de 400 años, denominados B’aktun, que, sumados, constituyen una larga era de 5.200 años, el Oxlajuj B’aktun, según el calendario maya.

“El nuevo ciclo maya implica la armonía, el equilibrio y la reafirmación del verdadero sentido del ser humano para la toma de decisiones a favor de la vida en todas sus dimensiones”, explicó Felipe Gómez, coordinador del Oxlajuj Ajpoo, en la página de internet de la organización.

Este acontecimiento dio lugar a interpretaciones apocalípticas, impulsó a crédulos alrededor del mundo a refugiarse en montañas o búnkers y llevó a gobiernos a tener que explicar una y otra vez que el mundo -y su carga de seres humanos- seguirá allí el sábado.

Producto del temor de los más crédulos, algunos optaron por refugiarse en montañas, como ocurre en Serbia, Brasil o Francia. En China en tanto, un millar de miembros de una secta cristiana que predice cataclismos están detenidos. En Estados Unidos o en Rusia se han preparado búnkeres con grandes raciones de comida. En Argentina, por temor a suicidios, se prohibió el acceso a una montaña considerada por muchos como cargada de energía espiritual.

Ante el riesgo de pánico, especialistas y líderes mayas, gobiernos -entre ellos los de Estados Unidos y Rusia- y hasta la agencia espacial estadounidense, la NASA, han explicado una y otra vez que no sucederá nada extraño, y hasta ahora nada obliga a pensar lo contrario.