La candidata del partido conservador en el poder, Park Geun-Hye, tiene según un sondeo una ligera ventaja sobre su adversario de centroizquierda, Moon Jae-In, en las elecciones presidenciales celebradas el miércoles en Corea del Sur, con lo que podría convertirse en la primera mujer que preside la cuarta potencia económica asiática.

Un sondeo realizado conjuntamente por tres cadenas de televisión tras el cierre de los colegios electorales a las 09h00 GMT otorga 50,1% de los votos a Park —hija del asesinado dictador Park Chung-Hee— y 48,9% a Moon.

Esta diferencia de 1,2% está dentro del margen de error de más o menos 0,8% de esos sondeos. La participación fue elevada, de más del 70%, frente al 63% registrado en las presidenciales de 2007.

Los simpatizantes acogieron con gritos de alegría el anuncio en el cuartel general del Partido de la Nueva Frontera (PNF, conservador), pero ninguno de los dos candidatos reivindicó la victoria o reconoció la derrota.

Los colegios electorales abrieron el miércoles a las 06H00 (21H00 GMT del martes) y cerraron 12 horas después. La jornada electoral fue declarada día festivo para que los 40,5 millones de electores inscritos pudieran acudir a las urnas.

Los sondeos previos al escrutinio ya anunciaban un lucha reñida entre los dos candidatos, Park del PNF, y Moon del Partido Demócrata Unido (DUP, centro-izquierda, principal partido de oposición).

Park Heun-Hye es la hija de Park Chung-Hee, un brutal autócrata que estuvo en el poder hasta su asesinato en 1979. Su madre murió cinco años antes por disparos de un militante favorable a Corea del Norte que iban dirigidos contra el dictador.

“Exhorto a los electores a desafiar el frío y a votar para abrir una nueva era en este país”, declaró Park tras votar en un colegio electoral de Seúl, donde la temperatura era de -10º centígrados.

Moon Jae-In, de 59 años, es una de las figuras de oposición de aquellos años negros, y un adversario notorio de los militares, que fue encarcelado en los años 1970 por su compromiso con la democracia.

“De estas elecciones dependen nuestros medios de existencia, la democratización de la economía, la seguridad social y la paz en la península coreana”, aseguró Moon al votar en la ciudad meridional de Busan.

Ambos intentaron atraer a las clases medias y populares y prometieron luchar contra las crecientes desigualdades en la cuarta economía asiática.

Corea del Norte no ha sido siquiera un tema de campaña electoral, pese a que Pyongyang efectuó el lanzamiento de un cohete la semana pasada, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte del que fuera líder del régimen comunista, Kim Jong-Il.

Park y Moon expresaron su deseo común de impulsar las relaciones entre las dos Coreas, aunque Park es más reservada al respecto porque los conservadores abogan desde hace mucho tiempo por una línea intransigente frente a Pyongyang.

Moon es favorable a reanudar la ayuda sin condiciones a Corea del Norte y pidió una cumbre con el dirigente de este país, Kim Jong-Un, hijo de Kim Jong-Il.