Por cuarto año consecutivo y gracias al éxito de las temporadas anteriores, el Teatro Nescafé de las Artes está trayendo a Chile en directo vía satélite desde el Metropolitan Opera House de Nueva York (Met), 12 grandes títulos de la lírica mundial.

Correspondió este sábado 15, presentar la inolvidable producción del Metropolitan de Nueva York de la ópera “Aída” de Giuseppe Verdi, la cual recrea el antiguo Egipto con la soprano ucraniana Liudmyla Monastyrska como la princesa etíope, esclava atrapada en un triángulo amoroso con el heroico guerrero Radamés, interpretado por el tenor italiano Roberto Alagna y la orgullosa princesa egipcia Amneris, cantada por la mezzo soprano rusa Olga Borodina. Dirigió Fabio Luisi.

La ópera llegó a Chile por el sistema H.D. al Teatro Nescafé de las Artes y se proyectó a un total de 64 países. Los tres protagonistas principales, cumplieron acertadas actuaciones. Liudmyla Monastyrska, estuvo en nuestra capital durante este año, cantando en la ópera “Attila” del mismo Verdi. en la temporada lírica del Teatro Municipal de Santiago. El rol titular lo cubrió esa vez en el Teatro Municipal, el bajo eslovaco Stefan Kocán, quien ahora encarnó al Sumo Sacerdote Ramfis.Hay que destacar, además, el barítono georgiano George Gadnize, con su impecable aunque breve interpretación del rey etíope Amonasro, padre de Aída, y que lució energía y desplante para un rol muy verdiano.

El tenor italiano Roberto Alagna fue de menos a más. Pese a que su “Celeste Aída” del primer acto fue bien cantada, mostró poca fuerza interpretativa. Más adelante le dio brillo a su personaje y se mostró en plenitud con los dúos
“Por ti rive, mia dolce Aída”, del tercer acto y el famoso “Oh terra addio” del final, ambos con Aída, aunque en el cuarto acto, también interviene Amneris.

La soprano ucraniana Liudmila Monastirska, exhibió voz y físico poderosos, aunque a ratos exageró agudos y sobreagudos y mostró un vibrato que no la favorecía. Su “Ritorna Vincitor” fue correcto solamente. En cambio su oda “Oh patria mía”, fue sencillamente hermosísima.

La mezzosoprano rusa Olga Borodina, estuvo brillante, con voz firme y segura. Sin embargo fue muy pareja. Dominó los aspectos técnicos de su personaje, pero no se mostró muy emocionada, salvo en su defensa del condenado Radamés. Se exhibió en todos los aspectos. muy segura y de voz entera, aunque de repente como que no matizó su personaje.

Los demás aspectos de esta “Aída”, en cuanto a producción, montaje, orquesta y coros, ballet, decorados y vestuario, impecables y de muy buen gusto.

La dirección teatral de Sonja Frisell, correcta.