Las autoridades de Sri Lanka pidieron a los fieles que les ayuden a luchar contra la creciente obesidad de los monjes ofreciendo a los soldados de Buda comida más baja en grasa y en azúcar.

Los monjes esrilanqueses consumen el equivalente a 12 cucharadas pequeñas de azúcar diarias, o sea como mínimo cuatro más de las que debieran, así como demasiado aceite y sal, según el ministerio de Sanidad.

“La diabetes y otras enfermedades no transmisibles de los monjes budistas pueden combatirse si los fieles aplican las nuevas directrices sobre la dieta”, señala el ministerio.

La mitad de los 40.000 monjes de la isla está expuesta al riesgo de diabetes, contra el 10% del resto de la población, según el ministerio, que les recomienda que integren en su dieta diaria una porción de arroz de grano largo, tres piezas de verdura y dos de fruta.

El budismo es la religión de la mayoría de los 20 millones de esrilanqueses. Según sus creencias, preparar platos, dulces y galletas a los monjes garantiza un buen karma en esta vida y en la siguiente, además de proteger a los difuntos.

Los platos suelen ser muy calóricos y esmerados. Y es que en ocasiones los fieles reservan incluso con un año de antelación para tener el privilegio de cocinar para los monjes.