El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi afirmó el domingo que su inculpación por fraude fiscal “exige una venganza ante Dios” y que su proceso por tener una relación sexual con una prostituta menor de edad fue “una gigantesca operación de difamación”.

Berlusconi, un magnate que fue tres veces jefe del gobierno italiano, aseguró que lo “engañaron” para que hiciera fiestas con jóvenes en sus lujosas mansiones, cuando se sentía “solo” después de separarse de su segunda esposa.

Sin embargo, aseguró a los telespectadores en un programa en Canale 5, que pertenece a su imperio de comunicaciones Mediaset, que ahora se siente feliz con su novia, 48 años menor que él.

Berlusconi sostuvo que lanzará su sexta campaña en dos décadas para las elecciones de febrero, a menos que Mario Monti, que lo sucedió como primer ministro, decida presentarse.

Los observadores señalan que su reelección podría ser difícil desde un punto de vista legal.

La sentencia a un año de prisión y cinco años de prohibición de ocupar cargos públicos, luego de ser declarado culpable en octubre de fraude fiscal vinculado con Mediaset, está congelada en espera de una apelación que debería comenzar en enero.

También está pendiente un veredicto en su juicio por pagar por sexo mientras era primer ministro con una bailarina exótica que en esa época tenía 17 años, la marroquí Karima El-Mahroug, conocida como “Ruby”.

El ex jefe de gobierno de 76 años también fue acusado de abuso de poder por haber presionado supuestamente a la policía para que liberase a Ruby cuando fue detenida por robo.

Berlusconi refutó todas las acusaciones y sostuvo que sólo había contactado a la policía porque pensaba que Ruby era una sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak.

“El juicio de Ruby fue una increíble conspiración”, protestó.

“Fue una excusa para montar una operación gigantesca de difamación contra mí y contra el gobierno italiano, incluso a un nivel internacional”, agregó.

Berlusconi dijo que ahora tiene más contacto con su hija Marina, y que tiene una relación con Francesca Pascale, de 27 años. Se trata de una admiradora de Nápoles que trabajó en la campaña electoral de Berlusconi de 2008.

“Ella es hermosa por fuera, pero aún más bella por dentro. Ahora me siento menos solo”, explicó.