El gerente de competiciones de la ANFP, René Rosas, detalló los alcances del campeonato de ‘transición’ que se jugará el primer semestre del año 2013, del cual saldrá un campeón luego de las 17 fechas de la fase regular y no tendrá playoffs.

Como se había anunciado anteriormente, no habrá un torneo de Apertura, sino solamente un campeonato de transición para definitivamente ajustarse al calendario europeo, lo cual se cumplirá en su totalidad desde el próximo año.

“Propusimos al Consejo que se juegue un torneo de 17 fechas, todos contra todos, y en el cual, al cabo de esa fase, se titule al campeón. En esta oportunidad, habrá un cierre de ciclo en mayo de 2013”, señaló Rosas en el sitio web de la orgánica, ANFP.cl.

El campeón de aquel torneo, será el que se adjudique el Chile 1, sacando pasajes a la Copa Libertadores 2014. Además, el segundo y el tercero de la tabla irán a Copa Sudamericana, habrá un descendido y un cupo para liguilla de promoción.

Sobre el descenso, será mediante el coeficiente de rendimiento (puntos ganados dividido por partidos jugados), lo que defina los equipos que se irán a la B (2).

“Se mide en virtud de la cantidad de puntos obtenidos, divididos por los partidos jugados. A los equipos que no hayan tenido historial en Primera División o que hayan bajado de categoría en alguno de estos años, no se les considerará la temporada en que descendieron, pero sí se tomará en cuenta un año anterior. Es el caso de Ñublense (no se le considerará su temporada 2011 en Primera B y comenzará con 40 puntos en 34 partidos jugados, con un promedio hasta la fecha de 1.1764, que arranca con una ponderación establecida. Respecto de San Marcos de Arica y Everton (descendió el 2010, por lo que ese año no se le computa, para no caer en un doble castigo para el club), ambos elencos partirán de 0″, dijo.

“En este punto, los recién ascendidos tendrán que tener una campaña regular para no sufrir zozobras”, agrega el funcionario.

“No están obligados por promedio a sacar muchos puntos, pero tampoco pueden tener una mala temporada, pues quedarían bajo el coeficiente necesario para la permanencia. Si sacan menos puntos que la cantidad de partidos jugados, lógicamente estarán comprometidos”, señaló.

Finalmente, René Rosas aseveró que los beneficios que, a priori, se vislumbran con este tipo de descenso por coeficiente de rendimiento es que “este sistema es un premio a la regularidad futbolística de los clubes y, al mismo tiempo, propulsa la estabilidad institucional”.