Los ministros europeos alcanzaron en la madrugada de este jueves un “histórico” acuerdo para acelerar la puesta a punto de un supervisor de la banca en la zona euro, que permita la recapitalización directa de las entidades más asfixiadas de la unión monetaria.

Tras catorce horas de negociaciones y una semana después de haber fracasado, finalmente Francia y Alemania llegaron un consenso hacia la creación del Mecanismo Único de Supervisión Financiera (MUS), bajo la égida del Banco Central Europeo (BCE), primer paso hacia la unión bancaria del bloque. Pero prolongaron su calendario previsto en más de un año: “el MUS estaría operativo en marzo de 2014″, en lugar de enero de 2013 como se había previsto inicialmente, señaló el comisario europeo, Michel Barnier, quien celebró el “histórico” consenso.

“El MUS es clave para restaurar la confianza en los bancos europeos”, señaló el ministro chipriota, Vassos Shiarly, cuyo país ostenta la presidencia rotativa europea.

“Este es un regalo de Navidad para Europa”, añadió.

Una vez que el mecanismo esté funcionando de manera efectiva, la zona euro podrá proceder a la recapitalización directa de los bancos, sin que la ayuda se transforme en deuda pública.

España no podrá de momento beneficiarse, ya que los fondos de 39.468 millones de euros que se apresta a recibir de la eurozona para inyectar a los bancos nacionalizados y al llamado “banco malo”, transitarán desde el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) al Frob, el fondo público español de ayuda a los bancos, por lo que engrosarán la deuda del país.

Si bien Madrid ha minimizado el impacto, al precisar que se trata de un aumento de la deuda de tan sólo un 3,5% del PIB, los expertos no están tan seguros.

Sobre todo porque los bancos españoles, golpeados por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, “se fragilizan cada día, por lo que las necesidades de recapitalización” seguirán aumentando, opinó Roland Gillet, profesor de Finanzas de la Universidad Libre de Bruselas y de la Sorbonne francesa.

“El planteamiento de España siempre ha sido que cuanto antes mejor”, consideró el ministro español, Luis De Guindos.

Tras un duro pulso, finalmente se decidió que el BCE asuma la supervisión de los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del Estado miembro participante (unos 100 bancos), mientras que el resto de las entidades permanecerán bajo control de las autoridades nacionales, como pretendía Alemania. Es decir que los bancos o cajas regionales alemanes de las ‘landers’ quedarán fuera de este mecanismo.

Otro asunto que provocaba ampollas son las diferencias entre los 17 países de la zona euro y los diez restantes de la UE, entre ellos Reino Unido que alberga la plaza financiera más grande del continente, que no querían quedar fuera.

Si el BCE, cumpliendo su papel de supervisor único, vota en nombre de los 17 en el seno de la EBA (Autoridad Bancaria Europea), los diez países que no pertenecen al euro temen quedar en minoría, teniendo en cuenta que las decisiones se votan por mayoría cualificada.

La idea ahora es que las decisiones se aprueben por mayoría simple tanto en el grupo de los 17 como el de los diez restantes de la UE, de esa manera nadie queda en minoría.

“Hemos alcanzado un equilibrio para presever la coherencia de un mercado único”, dijo Barnier.

La reunión de este miércoles fue apenas el preámbulo de una semana cargada de encuentros en Bruselas para encontrar fórmulas que permitan reforzar la unión monetaria antes de fin de año.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnen este jueves en Bruselas para reforzar la zona euro, que entró en recesión en el tercer trimestre de este año tras casi tres años de crisis de la deuda.

Pero una amenaza inesperada vuelve a planear sobre el continente, luego de que el primer ministro italiano, Mario Monti, anunciara su intención “irrevocable” de dimitir.

El anuncio bastó para reactivar los temores sobre la fragilidad de la economía española y volvió a poner sobre la mesa la eventual necesidad de que España pida un rescate. Por la mañana del jueves, al menos los ministros de la zona euro probablemente aprobarán el desbloqueo de su ayuda por 34.400 millones de euros a Grecia, pendiente desde junio, que sumada a la del FMI, equivale a 43.700 millones de euros, clave para que Grecia evite declararse en suspensión de pagos.