Una investigación de la publicación económica Bloomberg reveló que Google desvió 9.800 millones de dólares durante 2011 a una subsidiaria en las Bahamas, con el fin de evadir el pago de impuestos en Europa, Estados Unidos y otros países del mundo.

La jugada, que provocó la ira de los gobiernos europeos, le permitió a la gigante informática descontar miles de millones de dólares que de otra forma, debería haber ingresado a las arcas fiscales de los países donde opera.

Los movimientos se realizaban mediante una serie de subsidiarias de Google, las cuales recibían los cobros de las ventas de publicidad, derivándolas unas a otras hasta llegar a una firma legal ubicada en Bahamas, país calificado de “paraíso fiscal” por no cobrar impuestos a las corporaciones que instalan filiales en la isla.

Pese a que la cadena de traspasos era tan absurda que -por ejemplo- una de las subsidiarias en Holanda ni siquiera tenía empleados, ninguna de las acciones de Google estuvieron por fuera de la ley vigente.

La situación fue tan lucrativa para la firma tecnológica que en el Reino Unido, su segundo mayor mercado y responsable del 11% de las ganancias de Google, equivalentes a 4.100 millones de dólares el año pasado, la empresa pagó apenas un 0.2% de impuestos, es decir, 9.6 millones de dólares.

Sin embargo un país aún más perjudicados fue Irlanda, la que pese a generarle ventas por más de 61.500 millones de dólares entre 2005 y 2011, sólo percibió de Google un 0.14% de impuestos en igual periodo, es decir, 91.5 millones de dólares.

Indignación internacional

El millonario desvío de fondos provocó la ira de varios gobiernos. Reino Unido, Francia, Italia y Australia ya anunciaron que realizarán auditorías a la firma, mientras sus parlamentos ya trabajan en nuevas leyes que impidan el grosero desvío de fondos hacia destinos internacionales.

Para el comisionado de impuestos de la Comunidad Europea, Algirdas Semeta, el comportamiento de Google y de otras empresas en similar situación es “escandaloso” y “un ataque a los principios fundamentales de la justicia”, consigna Bloomberg.

De igual forma, el director de la oficina de impuestos de Reino Unido, Richard Murphy, sentenció que “la estrategia de impuestos de Google y otras multinacionales es una razón de profunda vergüenza para los gobiernos de Europa”.

“Ahora se ha instaurado un foco de preocupación en el Reino Unido y, en menor grado, en el resto de Europa. Son ellos o nosotros: la gente entiende que si Google no paga, alguien más deberá hacerlo o se deberán cortar sus servicios”, afirmó Murphy.

En tanto, Google se defendió indicando que cumplen con todas las leyes vigentes y que sus servicios permiten crecer a las economías europeas. “Empleamos más de 2.000 personas (en el Reino Unido), ayudamos a cientos de miles de negocios a crecer online e invertimos millones para apoyar a los nuevos negocios tecnológicos en el este de Londres”, indicó la empresa.

¿Y qué pasa en Chile?

La situación tributaria de Google no está muy clara tampoco en nuestro país. Recordemos que en septiembre de 2012, el Servicio de Impuestos Internos (SII) exigió a Google entregar la información de los usuarios de su servicio publicitario AdWords.

Aunque el organismo estatal no hizo declaraciones respecto del uso que pensaba dar a los datos, pronto surgieron teorías de que la intención era contabilizar los montos percibidos por Google, con el fin de regularizar su situación tributaria.

En ese entonces, Google Chile emitió un comunicado advirtiendo que entregaría los datos al SII y que los usuarios que sintieran transgredidos sus derechos, podían presentar un requerimiento a la justicia para evitar que se difundiera su información.