Un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demostró que las aletas de los peces cebra pueden desarrollar una extremidad con aspecto de pata.

Los resultados fueron publicados en la revista “Developmental Cell” y sostienen que si se incrementa la actividad del gen hoxd13, las aletas de los peces cebra pueden transformarse en una estructura parecida a las extremidades de algunos vertebrados con cuatro extremidades (tetrápodos).

Este descubrimiento es clave para entender el paso de los animales acuáticos a terrestres. “Nuestros experimentos demuestran por primera vez que, si aumentamos los niveles del gen hoxd13 en aletas de peces cebra, se incrementa la aparición de tejido óseo de carácter distal similar al que genera los dedos en animales con patas como nosotros”, explicó el investigador del CSIC José Luis Gómez Skarmeta, investigador en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, un centro mixto del CSIC y la Universidad Pablo Olavide.

Así también lo sostuvo Fernando Casares, investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, quien dijo que “este hecho se relaciona con el registro fósil, donde, a medida que aumenta la elaboración distal de la aleta, disminuye el tamaño de los radios”.

Los genes Hox, son parte de una familia encargada de distinguir las partes del cuerpo durante el periodo embrionario y fundamentales en la formación de los dedos y la muñeca.

Sobre éstos, múltiples estudios han comprobado que grandes cantidades de expresión de los genes Hox en las patas dependen directamente de elementos de ADN reguladores que actúan en conjunto para intensificar su expresión.

“Es muy interesante que algunos de estos elementos reguladores no se encuentren en el genoma de los peces, lo que sugiere que ha sido la aparición de nuevos elementos reguladores lo que ha facilitado alcanzar los niveles de expresión de genes Hox requeridos para la formación de los dedos y la muñeca”, indicó Gómez Skarmeta.

Según consignó el sitio Abc.es, la investigación realizada por el CSIC demostró también que los peces cebra son capaces de leer correctamente las instrucciones contenidas en las regiones reguladoras ausentes de su genoma y exclusiva de los tetrápodos.

“Todos esto datos indican que el ancestro común de los peces y los tetrápodos tenía un genoma preparado para adquirir progresivamente nuevos elementos reguladores que fueron aumentando los niveles de los genes Hox que permitieron el desarrollo de las manos y los pies”, concluyó Casares.