Este sábado el Reino Unido se despertó “impactado y triste” por el suicidio de Jacintha Saldanha, la enfermera que hace unos días fue engañada para revelar el estado de salud de la duquesa de Cambridge.

Esto sucedió debido a una broma telefónica que le hizo una estación radial de Sídney a la mujer, utilizando a dos personas para hacerse pasar por la Reina Isabel II y el Principe Guillermo.

Los autores de la broma preguntaron por el estado de salud de Catalina, que se encuentra internada esperando un bebé, ante lo que la enfermera respondió, revelando al aire y a oído e miles de personas los detalles la condición, incluyendo los ataques de nauseas y la limpieza corporal.

Tras conocerse esto pasaron unos días y la enfermera fue encontrada muerta al interior del hospital, en lo que se presume sería un suicidio debido al impacto de la “broma”.

En este contexto los diarios británicos incluyeron la muerte de la mujer en sus portadas:

“La enfermera del bebé real encontrada muerta tras una farsa telefónica”, escribió Times, precisando que Jacintha Saldanha tenía 46 años y era madre de dos hijos adolescentes. Según el diario, la mujer originaria de la región de la India fue encontrada en las dependencias reservadas a las enfermeras en el hospital.

Mientras tanto The Daily Telegraph tituló su edición con la frase “La duquesa triste por la muerte ligada a una farsa telefónica”, recordando en sus páginas que la radio australiana continuó difundiendo su farsa incluso varias horas después de la muerte de Saldanha.

Según se dio a conocer la licencia de la radio autora de la broma, 2Day FM, está bajo vigilancia por cinco días y ésta no es la primera que queda en la mira por “violaciones graves” de las reglas radiales.

“La radio recibió una primera reprimenda hace tres años cuando empujó a una adolescente a confesar en antena, cuando su madre escuchaba, que había sido violada a los 12 años”, dice el Daily Telegraph.

Los tabloides insisten en el impacto que ha tenido el suicidio para Catalina, señalando que esta es la primera señal de obscuridad en el “cuento de hadas” de la nueva familia real.