Hoy en día es poco común quedarse en la casa realizando labores domésticas. La mayoría de las mujeres actualmente son profesionales y poseen un trabajo que ocupa, en algunos casos, la semana completa. Sin embargo, esto no quita que existan féminas obsesionadas con la limpieza del hogar, esto en otras palabras, se denomina ‘Síndrome de la Ama de Casa’.

Pueden ser muy diversas las circunstancias que generen este síndrome. En algunos casos, el abandono de los estudios, el cuidado de los niños, o el hecho de estar casada con un hombre que prohíbe que trabajes, pueden llevarte a llenar esos vacíos desarrollando una obsesión por el orden y la limpieza.

Según el sitio web ISEP Clinic, el ‘Síndrome de la Ama de Casa’ es un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) que se materializa en el desarrollo de un conjunto de rituales y manías a la hora de hacer la limpieza o llevar a cabo las distintas tareas del hogar, acciones que son realizadas, por lo tanto, de un modo repetitivo en extremo.

En el sitio español, el psicólogo Ferran Martínez explica que “Muchas amas de casa terminan por desarrollar este trastorno sin darse cuenta. Poco a poco, comienzan a dedicar cada vez más tiempo a la limpieza y todo lo que se relaciona con este aspecto les provoca un sentimiento de fuerte angustia y malestar.”

Un claro ejemplo de esta situación es lo que le ocurre al personaje de Bree Van De Kamp en la serie estadounidense ‘Desperates Housewives’ (Amas de casa desesperadas), lo que termina convirtiéndose en una pesadilla para su familia.

ISEP Clinic entrega más datos indicando “Un proceso de estas características convierte a estas personas en esclavas de la limpieza y el orden. De modo paralelo y progresivo, los familiares se ven involucrados en el problema, viéndose afectada la convivencia en el entorno más próximo.”

Las características que presentan las personas afectadas por un trastorno obsesivo-compulsivo, según la clínica española son las siguientes:

1) Persistencia de pensamientos repetitivos y de preocupaciones que llevan ímplicitas sensaciones de inquietud y angustia, derivadas a su vez de las consecuencias catastróficas que estas personas prevén que se producirán al no consumarse determinados actos.

2) A pesar de ser conscientes, en muchos casos, del carácter irracional de sus manías, los afectados no pueden evitar llevarlas a cabo, porque de este modo calman en primera instancia su angustia. A menudo, el hecho de resistirse a sus impulsos no hace más que agravar su obsesión.