Camino a casa me toca pasar por el peaje de Las Canteras, donde normalmente en los horarios peak se vuelve un caos debido a la gran cantidad de gente que se ha trasladado a la zona norte de la capital.

Uno de esos días salí con el tiempo muy justo rumbo al trabajo, y al llegar allí mi pérdida de tiempo fue tal, que cuando logro llegar a la caseta le digo a la chica: “cuando uno viene por la autopista es porque quiere ir más rápido”, ante lo cual contestó: “rápido morirá entonces”. Fue tan buena la respuesta que ocupó mi cabeza durante todo lo que me quedaba por recorrer.

Mi primer pensamiento fue de bronca, luego traté de profundizar y digo, tiene toda la razón, ¿para qué vivo apurado? Y no podía faltar la relación con el fútbol de aquel pensamiento, donde ya he dicho anteriormente que se juega como se vive.

Claro, allí uno entiende que en una sociedad de apuros donde todo es para ayer, eso se traslade a la cancha, y en la medida que aquello no atente contra la técnica, esto puede ser bueno.

Pero, dándole una vuelta más, leía el otro día del método de Jurgen Klopp, entrenador del Dortmund, el cual combina de manera muy revolucionaria ciencia y método.

Allí habla de que este técnico joven es capaz de poder unir diferentes formas de jugar con los mismos interpretes, dependiendo del rival a enfrentar, la dificultad que estos ofrezcan, circunstancias, resultados anteriores, etc.

Capaz de plantarse ante Guardiola o Mourinho (cuyo Madrid se vio ridiculizado en los juegos de ambos en Champions League), de blanco a negro, pasando por toda la gama de grises, flexible en función del partido y, dentro del partido incluso, del momento.

Puede sonar utópico, pero lo encuentro inteligente, ¿Por qué jugar siempre de la misma manera? Esto te vuelve predecible, donde esta escrito que no puedas ir modificando tu manera de jugar, no así tu estructura (1-4-2-3-1).

En este análisis, entra alguien que ha trabajado de manera silenciosa: José Luis Sierra, al cual seria bueno poder consultarle cuál es su idea de juego. Pero lo que si uno puede hablar por lo que muestra su equipo, una identidad propia, con una misma distribución en los partidos, pero con la suficiente flexibilidad como para poder resistir la presión del rival, a su vez presionar o recuperar en campo propio, con la tenencia de balón como arma fundamental, y con la verticalización si la situación lo amerita.

No se si responderá a esta nueva metodología, si será consciente esto o no, lo que si me parece que es bueno pensar que no siempre se puede ser el mismo. Cuando más impredecible sea, más incertidumbre siembro en el rival y eso es bueno.

Me identifica esto, no ser Bielsa ni Borghi, Guardiola ni Mourinho, Sierra ni Pellicer, reservar la sorpresa por siempre ha permitido ganar batallas, conquistar corazones, convencer a un jefe, emocionar hasta las lagrimas a un familiar cuando no te esperan y por qué no, ganar un partido.

Simón Collado (BBCL)

BBCL

Waldemar Méndez Martijena es analista de Bío Bío Deportes y del Canal del Fútbol. Fue futbolista profesional en Argentina y Chile durante 19 temporadas. Puedes seguirlo en su cuenta de Twitter @WaldeMendez