El diputado Javier Hernández anunció la visita a Osorno del Superintendente de Casinos de Juegos, Renato Hamel, con el fin de fiscalizar en terreno la proliferación de salas de juegos al margen de la Ley que rige el rubro.

De acuerdo al parlamentario, el arribo de la máxima autoridad del organismo contralor se concretaría el próximo viernes 14 de diciembre y se convertirá en el primer paso para comenzar el control efectivo de la masiva instalación de locales con máquinas de juegos, que catalogadas como de destreza, son autorizados bajo patente municipal para funcionar, pese a la insistencia de la Superintendencia de Casino de Juego de que corresponden a la categoría de azar, por lo que estarían el margen de la ley.

Una situación que el parlamentario cuestionó, debido a que mermaría la obtención de ganancias por parte del municipio, sobre todo viendo la cantidad de locales y artefactos que en ellos hay: 75 salas de juegos y 753 máquinas.

Después de dicha visita, según el parlamentario, podría comenzar incluso un proceso legislativo sobre la materia, o solicitar al Gobierno que tome cartas en el asunto.

El parlamentario relató además la reunión que sostuvo con representantes de la Cámara de Comercio y Turismo de Osorno, los cuales le manifestaron su preocupación respecto a la problemática, por sus efectos en el comercio de la ciudad, el cual se estaría viendo afectados.

Ahora Bien, pareciera que la llegada del superintendente de casino de Juegos a la ciudad se hacía más que necesaria, debido a los vacíos legales que actualmente presenta la legislación que rige la materia y que finalmente permite la proliferación de los cuestionados locales.

Esto porque el problema se observa más con un tinte político, con autoridades tirándose dardos, defendiéndose o viceversa, que uno con una solución efectiva, sobre todo pensando en que la Ley de Casino de Juego establece que la superintendencia es la primera institución en velar por su ejecución, teniendo como atribuciones incluso el poder llevar a la justicia a quienes infringen el cuerpo legal.