Expertos en materia internacional señalaron que el inicio de los alegatos en La Haya no presentaron sorpresas, y que al no estar los dos países de acuerdo, el fallo de la corte no debiera ser “salomónico”.

Las expectativas eran altas, pero lo sucedido la mañana de este lunes en Holanda no escapó de lo que estaba previsto.

El inicio de los alegatos peruanos se mantuvo en la línea de lo que ya había argumentado el vecino país, y el canciller de Lima, Allan Wagner junto al abogado Alain Pellet, no se alejaron del protocolo establecido por La Haya.

Según el analista internacional Raúl Sohr, esto es normal, ya que los alegatos son la exposición oral de lo que ya ha sido entregado en documentos durante los últimos meses.

El experto en relaciones internacionales de la Universidad Mayor, Samuel Fernández, señaló que la argumentación peruana se ha basado en elucubraciones y que no responde a la visión moderna del derecho, la que valora la práctica con que se concretizan los tratados entre los países y que en este caso se ejemplificaría con los casi 50 años donde Perú no habría objetado el acuerdo marítimo de 1954.

En Chile existe preocupación, porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia sea “salomónico”, es decir, que beneficie a las dos partes involucradas, lo que constituiría una pérdida para Chile.

Pero el director del Magister de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Valparaíso, Raúl Allard, aseguró que para que eso ocurra, ambos países debieran estar de acuerdo.

Los distintos institutos y centros de investigación internacional de las universidades están siguiendo atentos lo que ocurre en la corte de La Haya, ya que este juicio es el más importante que ha enfrentado nuestro país en las últimas décadas, según coincidieron todos los consultados.