Los kuwaitíes votaron este sábado en elecciones legislativas boicoteadas por la oposición, que acusa al poder de este rico emirato petrolero del Golfo de querer crear un Parlamento a su medida.

La tasa de participación era baja, en particular en las zonas tribales, afirmaron personalidades de la oposición y activistas. Por el momento no ha habido estimaciones oficiales.

La afluencia a los colegios electorales, que cerraron a las 17H00 GMT, parecía aumentar a última hora, pero todo apunta a que será bastante inferior a la de anteriores comicios.

Los jefes de varias tribus beduinas llamaron al boicot, al igual que los dirigentes de la oposición islamista, nacionalista y liberal, que impugnan una enmienda a la ley electoral que prevé que cada votante elija a un único candidato (antes podía optar por hasta cuatro).

La única incógnita de estos comicios, los segundos en diez meses, es la tasa de participación. La oposición cuenta con un índice de abstención del 70% y los candidatos progubernamentales esperan movilizar a más del 50% de los votantes.

Algunos opositores denunciaron fraudes, como la entrega de dos papeletas, en vez de una, a algunos votantes.

El ministro de Información, jeque Mohamed Abdalá Al Sabaj, reiteró que la comisión nacional electoral es la única autoridad capacitada para anunciar los resultados y recordó que los comicios están siendo supervisados por observadores kuwaitíes e internacionales.

Por la mañana, la oficina de votación de Salwa, en una zona tribal al sur de la capital, estaba prácticamente desierta.

“El gobierno y el emir nos dan buenos salarios, servicios públicos casi gratuitos, ayudas para las viviendas, ¿por qué habría que boicotear?”, se preguntaba Mahmud Abdedin, un funcionario de 47 años.

Crisis políticas recurrentes

La afluencia era mayor en el sector aledaño de Rumeithiya, donde predominan los chiitas, puesto que esta comunidad no se ha pronunciado por el boicot.

“No apoyo completamente al gobierno, pero estoy en favor del nuevo sistema electoral”, declaró Fatma Ahmad, una institutriz, después de haber depositado su papeleta en la urna.

La oposición, que disponía de 36 de los 50 escaños de la Cámara disuelta en junio, no ha presentado candidatos a los nuevos comicios por considerar que la enmienda electoral favorece la compra de votos y permitirá al poder elegir una asamblea a su medida.

Alrededor de 422.000 votantes estaban convocados a las urnas, donde los hombres y las mujeres votan por separado. Se espera que los primeros resultados se anuncien por la noche.

Estas elecciones son las quintas desde mediados de 2006 en el país, la primera monarquía del Golfo en haberse dotado de un Parlamento electo en 1962 y golpeada por crisis políticas recurrentes. Durante ese mismo periodo, dimitieron nueve gobiernos.

La oposición reclama reformas democráticas de fondo para reducir la influencia de la familia reinante en el funcionamiento del Estado. También quiere un gobierno salido de la mayoría parlamentaria y una lucha reforzada contra la corrupción, pero no contesta el reino de la dinastía de los Al Sabaj, en el poder desde hace más de 250 años.

Los problemas políticos han dificultado el desarrollo del emirato, que posee más de 400.000 millones de dólares en reservas de divisas debido a los ingresos petroleros.