El gobierno de Túnez y el sindicato UGTT anunciaron este sábado un acuerdo para pacificar la región y la ciudad de Siliana, escenario en los últimos días de enfrentamientos violentos provocados por la exasperación de la población dos años después de la primavera árabe

El acuerdo prevé que el gobernador de esta región situada a 120 kilómetros al suroeste de Túnez, Ahmed Ezzin Mahjubi, del que los manifestantes pedían la dimisión, se mantendrá en el cargo pero será apartado de sus funciones, que ejercerá su adjunto.

“El primer delegado de la gobernación [el adjunto del gobernador] dirigirá la gobernación a la espera de que las autoridades tomen las decisiones adecuadas”, dijo a la prensa Mohamed Ben Salem, el ministro de Agricultura que representaba al gobierno en las negociaciones.

“Las dos partes acordaron trabajar para conseguir la calma”, añadió, y dijo que también se tomarán medidas para el desarrollo económico de la región, otra de las reivindicaciones de los habitantes.

“Es un paso positivo a la espera de medidas concretas”, dijo a la AFP Belgacem Ayari, el secretario general adjunto del UGTT, principal sindicato del país.

Ayari insistió en que los refuerzos de la policía, a los que considera responsables de los enfrentamientos de los últimos días, tienen que abandonar Siliana. “Provocaron a los habitantes”, aseguró.

El acuerdo no tuvo un efecto inmediato y centenares de jóvenes seguían el sábado enfrentándose a los policías en la ciudad de Siliana, lanzando piedras y cócteles molotov a los que policía respondía con gases lacrimógenos y tiros al aire.

Según varios testigos, hubo enfrentamientos también en Bargu, veinte kilometros más al este.

En la noche del viernes al sábado también se vivieron incidentes en Kef (noroeste) y Sbeitla (centro-oeste) entre la policía y los manifestantes que decían apoyar a los habitantes de de Siliana, según la prensa local y varios testigos.

Junto a Siliana, estas dos ciudades son el principal foco de tensión y están situadas en el interior de Túnez, una zona marginalizada del país donde ya hubo violentas manifestaciones durante la revolución de 2010-2011.

Tambien hubo manifestaciones de apoyo a los manifestantes en Túnez, Bizerte (norte) y Gabes (sureste), según un periodista de la AFP y la prensa local.

El presidente reclama un nuevo gobierno

El presidente Moncef Marzuki pidió el viernes un nuevo gobierno capaz de estabilizar el país, que vive disturbios desde el verano, porque considera que el ejecutivo actual es incapaz de responder a las demandas de la población.

El primer ministro, el islamista Hamadi Jebali, no quiso pronunciarse este sábado sobre la propuesta y dijo que respondería “por escrito”, al jefe del estado, en declaraciones a la radio Shems-FM.

Marzuki, un laico aliado a los islamistas que no tiene capacidad par cambiar el gobierno, dijo tener “miedo” de que la violencia, provocada por la exasperación de la población, no se extienda al resto del país.

La miseria y el desempleo son el motor de las protestas de los últimos días, igual que lo fueron en enero de 2011 cuando empezó en Túnez la primera revolución de lo que luego se llamó la “primavera árabe”.