Centroamérica registra una disminución en la pesca por la reducción de especies como camarón y langosta, golpeadas por el cambio climático y la sobreexplotación de una actividad que genera 1.750 millones de dólares al año, aseguró este lunes una fuente del sector pesquero.

“Desde Belice a Panamá tenemos una merma en la pesca costera, sobre todo de aquellas especies que tradicionalmente han sido muy importantes desde el punto de vista comercial como los camarones y las langostas”, explicó en Panamá Mario González, director de Ospesca, dependiente del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

Ambas especies han tenido en Centroamérica una “época de oro que ha dejado muchas divisas”, pero por los efectos del cambio climático y la sobreexplotación, en los últimos años se ha reducido hasta la mitad algunas otras.

La disminución de langostas y camarones coincide con el aumento de la flota pesquera en la región, donde hay 140.000 pescadores artesanales, más de un 50% superior a la flota existente en 1995.

No obstante, los pescadores han mantenido los volúmenes de comercio gracias a especies como el atún, poco común en Centroamérica.

La acuicultura ha hecho su aporte pasando de 28.000 hectáreas de cultivos a mitad de los años 1990 a 65.000 en la actualidad, precisó González durante un taller Ospesca.

Para conservar la actividad y proteger las especies marinas, González instó a las autoridades a velar por la pesca responsable e implantar en toda la región el control satelital de las embarcaciones pesqueras.

Según Ospesca, en Centroamérica la producción pesquera global supera las 500.000 toneladas métricas al año entre la pesca artesanal, la industrial y la acuicultura, con ingresos anuales por 1.750 millones de dólares, casi tres veces más que hace dos décadas.

Estados Unidos sigue como el principal comprador, aunque Europa está ganando terreno por diversos tratados y convenios comerciales.