El secretario de Gobernación de México, Alejandro Poiré, informó el jueves que va “en serio la depuración” de agentes corruptos del Instituto Nacional de Migración (INM), del que ya fueron despedidos casi 500 elementos por no pasar el examen de confianza.

Esta cifra “nos habla de prácticamente el 10% de la plantilla” cuando se ha evaluado a sólo cerca del 60% del personal, dijo el funcionario en un acto en el que instaló al Consejo Consultivo de Migración y al Consejo Ciudadano del INM, que representan a la sociedad civil en la institución.

“Nos estamos tomando en serio la depuración”, añadió.

Unos 140.000 centroamericanos ingresan a México de manera ilegal cada año, con la esperanza de llegar a la frontera norte y cruzar a Estados Unidos, según cifras del gobierno mexicano.

Miles de ello no sólo enfrentan el secuestro, la extorsión, el asesinato, la violación y la trata de personas por parte del crimen organizado, sino que además padecen la corrupción por parte de las autoridades mexicanas y la impunidad de los crímenes de los que son víctimas.

“No es admisible que un sólo servidor público de este país, particularmente del Instituto Nacional de Migración, no solamente no sea parte de la solución del problema migratorio, sino que eventualmente pudiera llegar a ser parte del problema” mismo, dijo Poiré.

Así, los nuevos agentes de migracion deben acreditar un modo honesto de vida, estar libres de adicciones, carecer de indicios de corrupción o tener vínculos con bandas del crimen organizado, aseguró.

Respecto al tema migratorio, Poiré detalló que en el sexenio de Felipe Calderón se descriminalizó el fenómeno migratorio y se realizaron cambios a la Ley de Refugiados y la Ley Migratoria.

Según el Movimiento Migrante Centroamericano, unos 70.000 centroamericanos han desaparecido en los últimos seis años en México, cuando se acentuaron las pugnas entre los cárteles de drogas y los choques de éstos con las fuerzas de seguridad.