El portero brasileño Bruno ordenó la muerte de su amante Eliza Samudio, desaparecida desde 2010, según la declaración judicial de su amigo ‘Macarrão’ que durante un interrogatorio en el juicio dijo haber llevado él mismo a la mujer a un local indicado por el futbolista.

“La llevaron ahí para morir”, declaró Luiz Ferreira Romão, alias ‘Macarrão’ (gran fideo), sobre la orden que recibió para dejar a Eliza en un lugar donde un hombre estaría esperándola en otro coche.

‘Macarrão’ declaró a la jueza del proceso que desconocía qué iba a suceder con Eliza, aunque “presentía” que la mujer iba a morir y que le dijo a Bruno que “dejara en paz a esa chica”.

“Bruno, te digo, deja en paz a esa chica. Cleiton ya estuvo preso, Jorjão ya estuvo preso y no quiero ser uno más en entrar al sistema”, habría dicho ‘Macarrao’ a Bruno, aludiendo a otros futbolistas que ya fueron a prisión.

“Cualquier cosa que pase, me van a echar la culpa”, le dijo a Bruno, según su declaración. Pero el portero le replicó que no fuera “mariquita” y que “él se encargaría”.

Ex capitán del Flamengo, Bruno, de 27 años, comenzó a ser juzgado el lunes en la ciudad de Belo Horizonte (sudeste) por el asesinato de Samudio, con quien tuvo un hijo. El cadáver, que nunca fue hallado, habría sido ofrecido a perros, según la policía. El juicio de Bruno ha sido aplazado hasta marzo de 2013, para dar tiempo a su nuevo abogado a conocer el caso.

Según los antecedentes, el crimen habría sido motivado por la voluntad de la joven de probar en la justicia, con un examen de ADN, que el jugador era el padre de su bebé, que ahora tiene casi tres años.

La policía trabaja con la hipótesis de que parte o todo el cuerpo de Samudio fue dado a perros Rottweiler del presunto autor material del asesinato con el objetivo de hacerlo desaparecer, según declaraciones de un presunto testigo del crimen, primo de Bruno y menor de edad en la época.