Hugo Marín en la muestra Ocaso y encuentro presenta la sorprendente obra los niños-sicarios, tres niños de diferentes razas, una instalación escultórica de barro y tela que habla de la confusión de valores de la sociedad.

A esto se le agrega Amor Cautivo, grupo escultórico pleno de textos y sub textos, además de otras tres cabezas: Niña Lemuriana, Lucio e Hincha Brasileño.

Esta muestra reúne piezas de sus célebres cabezas y torsos, óleos, un mural de grandes dimensiones, una serie de cerámicas y obras de sus recientes trabajos: Terremotos y Ocasos de religiones. Esta es la primera exhibición individual del artista en el MAC.
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La obra visual de Hugo Marín es un camino en constante evolución que no deja de sorprender por su riqueza y profundidad. Desde sus primeras obras en los 50, cuando luego de haber consumado la técnica del esmalte sobre metal, se dedicó a la pintura, creando también ensamblajes de madera, de cartón, de fibras y materialidades diversas, para luego dar paso a paso a sus personajes de cemento, paja y barro de fines de la década de 1960, que llamó esculturas efímeras, y posteriormente a personajes de cuero -Los que vienen- expuestos en el MAC el año 1972.

Esta exhibición se despliega en el segundo piso del ala sur del MAC y constituye una muestra de trabajos antiguos y nuevos. Destacan obras escultóricas que ha trabajado en los últimos años: Terremotos y de Ocasos de religiones, que tienen que ver en un sentido último con el derrumbe de las estructuras mentales.

Complementando esta serie se despliega un mural pintado en pliegos de papel de embalaje que Marín realizó en Arraial d’Ajuda, Belo Horizonte, Brasil.

La muestra también incluye sus míticos niños, que como símbolo de renovación y trascendencia juegan un rol permanente en la obra de Marín. “..Son la suma del asombro y lo cándido, y también un retrato del propio artista, que en su dimensión creativa, como un niño, ve todo como por primera vez”, señala el filósofo y crítico de arte, Guillermo Carrasco Notario

“Desde un punto de vista formal estos gres… son obras de mucha libertad gestual y expresiva. Trabajados con la rapidez que el formato y la materia le permiten, tienen la gracia de plasmar el impulso primero. En ellos, como en sus esmaltes sobre metal de sus inicios como artista, Marín dialoga con el fuego, que siempre tiene la última palabra”, explica Carrasco.

Hugo Marín (Chile, 1929) se formó en la Escuela de Artes Aplicadas. Se especializó en esmalte sobre metales, elevando a calidad de arte esta disciplina considerada hasta entonces como artesanía. Luego de viajar por Europa y vivir varios años en USA, se instaló en México y Cuba, experiencia decisiva en la configuración de su imaginario. Realizó estudios de Meditación Trascendental que perfeccionó en Suiza. Para Marín, el arte posibilita la creación y el poder organizador de la naturaleza. Tanto en la pintura como en la escultura, se expresa a través de imágenes relacionadas a elementos míticos que se conservan en las culturas.

23 de noviembre al 20 de enero de 2013
MAC Parque Forestal