Un atentado suicida reivindicado por los talibanes perpetrado en el barrio diplomático de Kabul provocó dos muertos este miércoles, indicaron responsables afganos.

“El kamikaze intentaba trepar a un edificio alto en construcción cuando fue abatido por las fuerzas de seguridad”, declaró Mohamad Ayub Salangi, jefe de la policía de Kabul. El kamikaze logró sin embargo hacerse explotar. “Murieron dos guardias y otras tres personas resultaron heridas”, precisó.

Una segunda explosión se oyó poco después en la capital afgana, según una fuente de seguridad occidental.

Los talibanes reivindicaron el primer atentado. “Un gran número de fedayines con armas pesadas y livianas atacaron un importante local de la CIA en el centro de Kabul”, indica un comunicado publicado en uno de sus sitios de propaganda.

“El enemigo sufrió importantes bajas, cuyo número no podemos determinar” y “los combates continúan”, agregaron los rebeldes, que a menudo tienden a exagerar el resultado de sus ataques.

Desde la oficina de AFP situada a escasos cientos de metros del lugar de la primera explosión no se oyeron disparos.

La explosión, que se produjo cerca del campo Eggers, según el fotógrafo, tenía como blanco un vehículo de la Isaf, la fuerza de la OTAN en Afganistán, indicaron fuentes de seguridad occidentales.

“Parece ser que un vehículo de la Isaf resultó dañado durante el ataque”, comentó un portavoz de la fuerza. “No tenemos indicaciones de que haya muertos en filas de la Isaf. Todas nuestras bases de la zona verde están en seguridad”, agregó.

Los atentados en Kabul son relativamente poco frecuentes. En lo que va del año, hubo media docena, que causaron varias decenas de muertos y heridos.

El último tuvo lugar el 13 de noviembre, día del undécimo aniversario de la retirada de los talibanes de la capital: cuatro cohetes impactaron la ciudad, matando a una persona e hiriendo a otras dos.

Tras once años de combates, y a pesar de los miles de millones de dólares invertidos en la guerra y el despliegue de 130.000 soldados extranjeros –más de 100.000 actualmente– la rebelión de los talibanes no pudo ser derrotada.

Replegados en el interior del país y a la defensiva, sólo son actualmente capaces de acciones puntuales, según la Isaf, como por ejemplo el ataque del miércoles.

Los insurgentes son sin embargo particularmente activos en el sur y el este del país, donde el régimen sólo controla las principales ciudades.

El 15 de abril grupos de talibanes suicidas lanzaron ataques en varios puntos del país. Murieron 51 personas en los combates, incluyendo 36 rebeldes.

El 22 de junio, militantes talibanes atacaron con armas automáticas y cohetes un hotel cerca de Kabul, tomando decenas de rehenes y matando a por los menos 18 personas.

El 8 de septiembre, un joven kamikaze perpetró un atentado frente a la sede del cuartel general de la OTAN en Kabul, matando a seis personas.

La gran mayoría de las tropas de la OTAN se retirarán de aquí a a fines de 2014. Se teme el estallido de una nueva guerra civil en el país, que desde la invasión soviética de 1975 nunca estuvo en paz.