El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra rechazó este martes la ordenación de mujeres obispo, según los resultados de la votación sobre uno de los temas que divide profundamente desde hace décadas a los anglicanos en todo el mundo.

La aprobación del texto final de esta reforma requería una mayoría de dos tercios en cada uno de los grupos -obispos, clérigos y laicos- que componen el cuerpo legislativo de 470 miembros de la Iglesia de Inglaterra, pero como anticipaban ya algunos comentaristas ésta no fue alcanzada entre los laicos.

Este rechazo supone un duro revés para el Arzobispo de Canterbury saliente, Rowan Williams, así como para el obispo de Durham, Justin Welby, que le reemplazará a fin de año como primado de la Iglesia de Inglaterra, ambos favorables a la evolución, al igual que 42 de las 44 diócesis.

La ordenación episcopal femenina, cuyo principio fue aprobado en 2008, hubiera supuesto el cambio más importante en la Iglesia de Inglaterra desde la aprobación de la ordenación de mujeres sacerdotes en 1992.

Aunque las mujeres representan actualmente una tercera parte del clero, y se calcula que esta proporción debería crecer en los próximos años, los más tradicionalistas se han opuesto frontalmente a su ordenación como obispos.

Para tratar de lograr su aprobación, el texto sometido a la votación del sínodo preveía que cuando las parroquias tradicionalistas no aceptaran la autoridad de una mujer obispo en una diócesis, ésta delegaría sus poderes en un obispo hombre.