Europa vivirá una semana turbulenta que comienza este domingo con la votación del presupuesto 2013 en Grecia, centro de los debates de la reunión del Eurogrupo el lunes en Bruselas y quedará sellada con masivas protestas y huelgas convocadas en varios países del continente.

El gobierno griego somete su presupuesto 2013 a la aprobación del Parlamento. Todo indica que se aprobará tras “un esfuerzo extraordinario” de las autoridades griegas, según consideró una fuente europea.

El resultado de esta votación será evaluado en la reunión de los 17 ministros de Finanzas de la zona euro el lunes. Pero más allá de que sea ratificado, el Eurogrupo “no prevé un acuerdo” con Grecia para el desbloqueo de 31.200 millones de euros, un tramo del segundo paquete de ayuda acordada por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los principales acreedores de Grecia (la UE, el BCE y el FMI) se resisten a seguir entregando más fondos ante los temores de que el país no logre reducir la carga de su deuda.

La sostenibilidad de la deuda griega (120% de su PIB en 2020) es la condición que impuso el FMI para seguir en el programa de rescate griego.

El primer ministro griego, Antonis Samaras, advirtió que su país necesita el dinero antes del 16 de noviembre, fecha de un vencimiento de deuda a corto plazo de 4.100 millones de euros con el Banco Central Europeo (BCE).

Bajo la presión una vez más de una eventual salida de Grecia de la zona euro, los países europeos se comprometieron a evitar que Grecia declare un cese de pagos. “No habrá default accidental ni premeditado en Grecia”, afirmó una fuente europea.

Sin embargo, en vista de la demora de sus socios en tomar una decisión, Grecia anunció que emitirá nuevas letras, de uno y tres meses. Un buen resultado de la subasta salvaría a Grecia de un default inmimnente, en caso de no obtener la ayuda de sus socios a tiempo.

Tras la aprobación el pasado miércoles de los ajustes por 18.100 millones de euros de aquí a 2016, y la probable ratificación del presupuesto estatal para 2013, Grecia contaba con ese dinero, dado que éstas fueron las condiciones que impusieron la UE y el FMI para entregarlo.

Pero el informe de la troika de acreedores institucionales (FMI, BCE y UE) sobre los avances de las nuevas medidas de ahorro de Grecia y la situación de la deuda “aún no está listo”, aclaró la fuente europea.

“Una vez que haya un acuerdo en que la evolución del ratio deuda-PIB sea sostenible, podremos decir que estamos listos para desembolsar la ayuda”, señaló.

Cuatro años después del inicio de la crisis financiera internacional en Estados Unidos, Grecia está mucho más endeudada ahora.

Tras las dos líneas de crédito concedidas por la UE y el FMI que suman 240.000 millones de euros en total, la deuda griega no deja de crecer.

Mientras la deuda representaba el 129% del PIB en 2009, este año va a terminar en torno al 170% del PIB, según el FMI.

El país está inmerso en una recesión y parece ir en caída libre hacia una depresión -desde 2008 el PIB ha caído cerca del 22% y solo este año se espera un repliegue del 7%-.

Para las autoridades griegas es cada vez más difícil imponer recortes y ajustes en medio de un creciente indignación social, que se extiende como reguero de pólvora en los países que más han sufrido el impacto del deterioro de la crisis de deuda, la peor desde el nacimiento del bloque europeo.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) convocó para el miércoles una jornada de lucha europea, con huelgas y protestas contra la austeridad “ante la angustia de los europeos”.

España, Portugal, Grecia e Italia prevén una huelga general. Y Francia, Polonia, Eslovenia y Rumania y Bélgica serán escenario de masivas protestas contra las tijeras que impone Bruselas, en medio de un desempleo que deja a más de la cuarta parte de la población activa sin trabajo en España y Grecia.