Manifestantes e indígenas protestaron el viernes en varias ciudades de Brasil, en favor de la etnia Guaraní-Kaiowá del estado de Mato Grosso do Sul, que reclama sus tierras ancestrales.

En Rio de Janeiro, indígenas de la Aldea Maracaná, que ocupan un antiguo edificio delante del estadio de fútbol, protestaron en apoyo de sus hermanos Guaraní-Kaiowá, y también contra la demolición de su espacio, amenazado por las obras del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

“Lo más difícil es luchar por nuestras tierras sin apoyo de nadie”, contó la indígena Guaraní-Kaiowá Suzana Samaiego, que participó de la protesta en Rio.

En Brasilia, unos 400 manifestantes, de los cuales unos 50 eran indígenas de varias partes del país, protestaron en favor de esta etnia que consideran amenazada.

El diario Correio do Brasil informó que hubo protestas en 50 ciudades, animadas por un llamado en internet que decía: “Salgan a las calles, píntense los rostros, ocupen las plazas, háganse eco de nuestro grito”.

Una carta de un grupo de Guaraní-Kaiowá, en la que sus 170 mujeres, hombres y niños se declararon dispuestos a una “muerte colectiva” antes que abandonar sus tierras ancestrales, dio la vuelta al mundo en octubre.

El caso de los indígenas amenazados con tener que dejar el lugar, puso en evidencia la dramática situación en la que viven parte de los 45.000 nativos Guaraní-Kaiowá de ese estado, que habitan hacinados en aldeas, reservas o hasta en campamentos en la carretera a la espera de sus territorios históricos hoy ocupados por haciendas.

En Rio, además, el cacique de la Aldea Maracaná pidió “que el gobierno y la FIFA se sensibilicen con la cuestión de los pueblos indígenas”, en medio de carteles en los que pedían “respeto a la cultura y al pueblo indígena”.