La exprimera dama de Perú, Susana Higuchi, se pronunció a favor de un indulto humanitario por razones de salud a quien fue su esposo, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori, aunque dijo que en prisión vive “a cuerpo de rey”.

“Sí, por mis hijos y por mis nietos”, respondió Higuchi al asegurar que estaba a favor del indulto presentado al gobierno por sus hijos y el exmandatario para obtener la gracia presidencial, durante una entrevista en Canal N la medianoche del jueves al viernes.

“Si pongo en la balanza lo que hizo de bien por el Perú y sus errores, gana lo que hizo para bien, no todo ha sido negativo, y gana el indulto”, subrayó.

Higuchi, quien se divorció de Fujimori -que gobernó entre 1990 y 2000- en 1995 tras denunciar maltratos y torturas del exmandatario, aseveró que no quiere que “mañana más tarde (los nietos) me digan: ‘esta abuela es la mala de la película’”, en caso se opusiera al indulto.

Anotó que el expresidente, reconocido por su austeridad, vive con comodidad en prisión. “Está viviendo a cuerpo de rey, no paga impuestos, ni agua, luz, ni arbitrios. Le dan comida gratis, medicinas y médico gratis. ¡Que más quiere!”, refirió y añadió que no cree que esté moribundo.

Higuchi reveló que en una fecha reciente intentó visitar al exmandatario en su prisión en una base policial en Lima, pero que comprobó que no quería verla. “Mandé a mi secretaria para que tanteara el campo y no la recibió”, dijo.

Su objetivo era visitarlo “por cuestión de humanidad”, según aseveró, a la vez que recordó que en 1992 tras acusar a las hermanas del exmandatario de traficar con la ropa donada de Japón para gente pobre, fue víctima de secuestro y tortura, con acusaciones de estar loca.

El 31 de octubre el gobierno admitió tramitar el pedido de indulto luego de que Fujimori adhirió su firma a la solicitud de sus cuatro hijos –Keiko, Kenji, Sachi e Hiro– el 10 de octubre bajo el argumento de que sufre un cáncer que podría agravarse en prisión.

Fujimori (1990-2000) fue condenado en 2009 como autor mediato de dos matanzas perpetradas por un grupo paramilitar que dejó 25 víctimas, entre ellos un niño, durante el conflicto interno contra la guerrilla Sendero Luminoso.