Responsables británicos se reunirán con representantes de grupos armados de la oposición siria en un tercer país, anunció este miércoles la oficina del primer ministro David Cameron.

El gobierno autorizó a funcionarios británicos a reunirse con responsables militares de la oposición siria, indicó Downing Street, aunque fuentes gubernamentales recalcaron que no se trata de armar a esos grupos sino de iniciar negociaciones con el objeto de unir a la oposición y poner fin al derramamiento de sangre.

Según la prensa británica, el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, dio luz verde a su enviado especial ante la oposición siria, John Wilkes, para que organice reuniones, en un tercer país, con la oposición siria armada.

Responsables británicos insistieron en que estos grupos serían instados a respetar los derechos humanos.

Downing Street también anunció un incremento de 14 millones de libras (17,5 millones de euros, 22,5 millones de dólares) en la partida de ayuda a los refugiados sirios, que llegará así a los 50 millones de libras.

El martes, Cameron se declaró favorable a la entrega de un salvoconducto al presidente Bashar el Asad para que abandone el país, si eso sirviera para poner fin al derramamiento de sangre.

“Tenemos que preguntarnos qué más podemos hacer: ¿Cómo podemos ayudar a la oposición? ¿Cómo podemos presionar a Asad? ¿Cómo podemos trabajar con socios en la región para invertir la situación?”, declaró Cameron en una entrevista con la cadena de televisión Al Arabiya.

Interrogado sobre la posibilidad de armar a los rebeldes, el primer ministro respondió: “No tenemos la intención actualmente. Somos un gobierno supeditado al derecho internacional y respetamos la ley”. dijo.

Cameron visitó el miércoles un campo de refugiados sirios en el norte de Jordania, en la última etapa de una gira que lo llevó previamente a los Emiratos Árabes Unidos y a Arabia Saudí.

La violencia en Siria dejó el martes por lo menos 131 muertos -68 civiles, 44 soldados y 19 rebeldes- a través del país, según un balance provisional del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que se apoya en una red de militantes y médicos en los hospitales civiles y militares y estima en más de 36.000 muertos el número de víctimas desde marzo de 2011.