Opositores al gobierno de Cristina Fernández convocaron mediante las redes sociales a un nuevo ‘cacerolazo’ de protesta este jueves en ciudades de Argentina y de otros países contra la inseguridad, la veda a la compra de dólares y una nueva reelección presidencial.

Manifestaciones callejeras denominadas “el 8N” se realizarán en Buenos Aires y otros centros urbanos, como ocurrió el 13 de setiembre pasado, pero también en simultáneo con Nueva York, Washington, París, Roma, Madrid, Toronto, Miami y Londres, entre otras ciudades del extranjero con residentes argentinos.

“No a la reelección”, es una de las consignas manejadas en internet por los convocantes, mientras que partidarios de Kirchner lanzaron otra campaña en las redes bajo el nombre “al 8N yo no voy”.

Fernández cumplió su primer mandato entre 2007 y 2011, año en que fue reelegida hasta 2015 cuando no podrá volver a postularse según la Constitución, aunque algunos sectores oficialistas proponen reformarla para permitírselo.

Más del 80% de la población rechaza reformar la Constitución para admitir la re-reelección, según la consultora Management & Fit (M&F), aunque la encuesta reveló también que 7 de cada 10 argentinos desaprueba la labor de la oposición.

Un 79,4% de argentinos opinó que la inseguridad por la crónica violencia criminal, con asaltos seguidos de muerte, es la principal procupación, antes que la inflación, con 64%, según M&F.

Elecciones legislativas se celebrarán el octubre de 2013, pero los analistas consideran difícil o casi imposible que Kirchner alcance los dos tercios de bancas del Congreso necesarios para una reforma.

“Estamos de acuerdo con las razones del 8N y trabajamos para una alternativa política en 2015 con (el alcalde de Buenos Aires, Mauricio) Macri a la cabeza”, dijo Francisco Cabrera, presidente de la Fundación Pensar y tanque de ideas de Propuesta Republicana (PRO, derecha), en declaraciones radiales.

En una réplica, el senador oficialista y exjefe de Gabinete Aníbal Fernández dijo a la televisión que “el 8N es un invento de una facción ultraderechosa paga”.

“Están financiados por la Fundación Pensar y la Sociedad Rural (grandes propietarios agrícolas), viejos remanentes de lo que fuera el golpe militar y lo más rancio de la extrema derecha”, dijo Fernández.

Cabrera le respondió que “este es un intento más por banalizar la movilización del 8N. Es manipulador creer que la sociedad participa en la democracia solamente con el voto cada cuatro años y después queda muda”.

La protesta vuelve a nuclear de hecho al 46% de la ciudadanía que no votó a Kirchner, quien arrasó con el 54% de votos en 2011.

La Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza legislativa, y el centroizquierdista Frente Amplio Progresista (FAP), segundo en las últimas presidenciales, evitarán formar parte de la convocatoria, aunque adhieren a los reclamos.

La marcha hacia el tradicional Obelisco y la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires se cumplen al calor de una economía que se frenó dañada por la crisis mundial y medidas impopulares que impactaron en los sectores medios.

Un cerrojo rige para la venta de dólares a privados con fines de ahorro u operaciones inmobiliarias, con el argumento oficial de que se precisan las divisas para importaciones y pago de la deuda.

El objetivo proclamado por Fernández para la irritante veda cambiaria es mantener reservas en el Banco Central en torno a los 45.000 millones de dólares y sostener un superávit comercial por encima de los 10.000 millones de dólares.

También frenó importaciones y causó malestar en sus socios de la región.

“Me preocupan los signos nazis (carteles con cruces esvásticas) que aparecen en estos ‘cacerolazos’”, dijo el martes la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, una asociación que logró recuperar a 107 hijos e hijas de desaparecidos apropiados por represores durante la dictadura (1976-1983).

En cambio, el sindicalista peronista Luis Barrionuevo, enfrentado a Fernández, prometió una participación “masiva contra la forma de conducir que tiene Cristina”.