Los gatos son seres que se expresan a través de un lenguaje corporal que tiene como principal indicador su cola, pero también lo hacen a través del sonido con maullidos y ronroneos. A continuación revisaremos algunas de estas señales que ayudarán a entenderlos de mejor forma.

Los maullidos

Pueden ser cortos o muy largos. El primero indica que necesita algo como comida o que le abran la puerta. Mientras que el segundo es específico de su época de celo.

Los ronroneos
Se asocian con estados placenteros del animal, sin embargo también en algunos casos son utilizadas para demostrar que están enfermos o comunicarnos que les duele algo.

Lenguaje corporal
Similar a lo que pasa con los humanos, algunas cosas se tienden a repetir en los gatos. Los animales que son seguros de si mismo mantienen la cabeza erguida para mostrarse valientes ante el resto de la camada. Mientras que los más inseguros tienden a andar con la cabeza y la mirada hacia abajo.

En este punto también hay otros factores de los que hay que estar atentos, por ejemplo los ojos. Hay que observar cuando tenga los ojos entreabiertos: la mayoría de las veces será porque tiene sueño, pero también puede ser síntoma de puede estar enfermo.

Otro aspecto que se puede identificar claramente en los ojos es el miedo, ya que el gato dilata las pupilas cuando se asusta.

La orejas también son indicadores dentro del lenguaje de los gatos, si las tiene hacia arriba, significará que es feliz pero si las dirige hacia delante en ángulo, es porque está molesto.

Los bigotes también pueden darnos una pista de su estado de ánimo: estiradas y hacia delante, está contento mientras que hacia atrás significa que tiene miedo. Hay que estar muy atentos a la boca del felino, ya que cuando está abierta puede ser un signo de amenaza y un síntoma de agresividad, en especial si emite algún gruñido.

Por último la cola, que es la parte del cuerpo que más comunica acerca del estado de ánimo del gato “cuanto más baja, más triste está el minino. Si la mueve rápidamente es que está enfadado y puede mostrarse agresivo, pero un movimiento suave y pausado, es sinónimo de tranquilidad, de que quiere jugar o de que está concentrado en algo. Si la cola está rígida, tendremos que fijarnos en la punta de la misma: si está quieta, el gato quiere algo; si esta recta, está feliz, y si se mueve mucho, está irritado. Hay que tener cuidado cuando el felino arquea e infla su cola pues puede atacarnos” afirma el portal Facilisimo.

Teniendo en cuenta estas sencillas pero prácticas señales podrá entender mucho mejor los sentimientos y actitudes de su mascota.