Los rebeldes avanzaban el sábado en Siria, tratando de apoderarse de las bases aéreas del régimen para privarlo de su principal baza en el conflicto, en vísperas de una importante reunión de la oposición en Catar.

Tras la condena internacional de vídeos que muestran a rebeldes matando a sangre fría a soldados, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) colgó nuevas imágenes, rodadas según él hace varios meses en otras regiones del país, que muestran a partidarios del régimen del presidente Bashar al Asad ultimando a prisioneros rebeldes o mutilando sus cadáveres.

El sábado, los insurgentes se apoderaron durante algunas horas de una base de la defensa antiaérea y lanzaron un ataque contra el aeropuerto militar de Taftanaz, en la región de Idlib (noroeste).

Por otra parte, se apoderaron del depósito de armas de la base de Duila, sin poder llevarse los misiles, demasiado pesados, y luego debieron retirarse cuando la aviación bombardeó el lugar, según vídeos difundidos por los militantes.

La rebelión también ganó terreno en Duma, cerca de Damasco, tomando el control de tres importantes edificios del ejército, según OSDH.

Para Thomas Pierret, de la Universidad de Edimburgo y especialista de Siria, “los avances de los rebeldes en el norte parecen irreversibles”.

“Desde la toma de la ciudad estratégica de Maaret al Numan hace tres semanas, el régimen no hace más que perder terreno en la región y las fuerzas que el régimen conserva en el norte se dedican por completo a la defensa de Alepo”, la gran metrópolis escenario de intensos combates desde julio.

Sin embargo, los avances de los rebeldes en Duma son más frágiles.

“Es una demostración de fuerza de los rebeldes, que retoman la iniciativa, y sus avances subrayan también la falta de efectivos del ejército, incapaz de mantener sus posiciones a medio plazo. Pero el régimen mantiene en Damasco suficientes tropas leales, bien entrenadas y bien equipadas para llevar a cabo contraofensivas devastadoras”, estima Pierret.

El sábado, al menos 168 personas murieron en el país en los episodios de violencia -66 civiles, 54 soldados y 48 rebeldes-, según un balance provisional del OSDH, basado en el Reino Unidos, que recoge sus datos de una amplia red de militantes y fuentes médicas y que ha contabilizado más de 36.000 muertos desde que en marzo de 2011 comenzó la revuelta popular que se fue haciendo armada frente a la represión.

Guerra de imágenes

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Si bien la rebelión está logrando victorias en el terreno, la oposición no consigue organizarse. El domingo se inicia en Doha una conferencia decisiva que reunirá a la principal coalición en el exilio, el Consejo Nacional Sirio (CNS), cuando Washington presiona para que esta coalición supere sus divisiones y amplíe su representatividad.

Para preparar la reunión, unos veinte opositores pertenecientes al CNS, incluidos representantes de los kurdos, de los partidos de izquierda y de los Hermanos musulmanes, se reunieron el jueves en Amán, Jordania, y propusieron la creación de una nueva instancia que reúna a todas las tendencias políticas y la creación con el tiempo de un gobierno en el exilio.

La nueva instancia debería reunir a “los 14 miembros de la oficina ejecutiva del CNS, tres miembros del Consejo Nacional kurdo, representantes locales civiles y militares, figuras históricas de la oposición, y representantes religiosos”, según el portavoz Mohamed al Otri.

Por su parte, el diario gubernamental sirio As Saura excluyó toda negociación con el CNS, al que califica de grupo “de mercenarios”.

Un día después del escándalo provocado por un vídeo que mostraba a rebeldes ultimando a sangre fría a soldados heridos, el OSDH difundió imágenes en que esta vez son los soldados de régimen los que cortan las orejas de cadáveres de rebeldes y disparan contra prisioneros.

Un primer vídeo que, según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, fue filmado en julio en la región de Latakia (noroeste), muestra a un hombre con ropa de fajina militar enarbolando una oreja y un cuchillo mientras ríe frente a la cámara.

Un poco más lejos, siete cuerpos mutilados yacen en el suelo. Aparentemente están muertos. En medio de un grupo de hombres vestidos con trajes militares, un hombre se acerca a uno de los cadáveres y le corta una oreja con un cuchillo delante de la cámara.

Otro vídeo que data de febrero y filmado en Deraa (sur) muestra a individuos, algunos de ellos de civil y otros en uniforme militar, ultimando con armas automáticas a hombres que presentan como rebeldes.